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Descubridores: Miquel Nolis, el referente verdinegro del baloncesto catalán

Descubridores: Miquel Nolis, el referente verdinegro del baloncesto catalán

Entrevistamos a Miquel Nolis, toda una vida en la Penya dedicado a la detección y formación de talentos.  Un referente para la generación de Rafa y Tomás Jofresa, Jordi Villacampa, Juanan Morales… “la figura básica que inculcó una ética de trabajo y que formó como jugadores y como personas a toda una generación brillante” nos confiesa Tomás Jofresa. En palabras de Raül López, «el mejor entrenador de formación del mundo». Sus servicios han sido requeridos por jugadores profesionales de la talla de Ricky Rubio, Albert Miralles, Sergi Vidal,… Para todos los entrenadores catalanes es un absoluto referente. Ha entrenado a todos los talentos que han salido del basket catalán.

 

GIGANTES: ¿En qué proyectos andas ahora? Has desaparecido bastante del circuito.

MIQUEL NOLIS: Ahora me dedico más a vivir, Jajaja… Entreno a un equipo cadete en Alella, cerca de Badalona. También colaboro con la Fundación de Marc Gasol en Girona una vez al mes.

G.: ¿Qué ha cambiado en la formación de jugadores de baloncesto en nuestro país?

M.N.: Ahora las condiciones son más favorables. La raza ha mejorado. Las estructuras de los clubes son más completas. Hay más gente dedicada al baloncesto, que realiza un trabajo serio. También hay lugares donde hay chicos jugando y unos adultos a su cargo tipo guardería.

G.: ¿Qué aconsejarías a los entrenadores jóvenes?

M.N.: Hoy los entrenadores saben. Tienen la información al alcance de la mano. Conocen la metodología. El mayor reto es conseguir que los chavales se entusiasmen con el juego. Y lo tienen que hacer en una hora y poco. Antes entrenábamos dos horas, ahora no hay pistas para eso. Algunos chavales pasan el rato, pero el amor al juego no es fácil conseguirlo. El entusiasmo.

G.: Trabajaste con Ricky Rubio antes de partir hacia la NBA. ¿Qué consiguió cambiar en esos entrenamientos?

M.N.: Hicimos unas doce sesiones. Antes tiraba en dos tiempos, como una catapulta. Mejoró mucho en la velocidad de ejecución.

G.: ¿Llegaste a decir que no habría sobrevivido en el Far West?

M.N.: Sí, Jajaja… cargaba y disparaba; le decía “John Wayne te hubiera matado ya”. Mejoró la colocación de los pies en el tiro y la velocidad de lanzamiento sin reducir la eficacia.

G.: Jordi Martí dijo de ti que eras un profesor de baloncesto.

M.N.: Un entrenador tiene que ser un educador. Y cometerá errores. Muchas veces salí de un entrenamiento diciendo: “La he cagado…”. Pero si no haces nada no te equivocas. Si tu intención es enseñar, aunque la idea no sea del todo acertada, el jugador no sufre. Depende más de su espíritu y de sus ganas. Por supuesto de su talento también.

G.: Hablando de talento: ¿Qué te parece la última perla blanca?

M.N.: Aluciné con Luka Doncic contra Bilbao Basket. Jugó de base con los dos Sergios en la pista. Y no era para formar al chico, sino para ganar el partido.

G.: ¿Es cierto que un día fichaste por la calle al que sería futuro Alcalde de Badalona?

M.N.: Cuando llegué al Joventut, el mismo año que el difunto Manel Comas, el club estaba relanzándose; Villacampa ya estaba, pero fichamos a Rafa Jofresa, Carles Ruf, Jordi Pardo… buscábamos jugadores como locos.

Un día, yendo para casa, veo a un tío largo en la acera opuesta. Me estaban esperando para comer y dudé. Pero finalmente me acerqué y le pregunté si jugaba al baloncesto y si vivía en Badalona. Me dijo que sólo en el colegio, para divertirse, en el patio. Le ofrecí venir a la Penya a probar. Vino y lo fichamos. Tenía condiciones, para mi gusto… pero en junior se descolgó. Y sí, Xavier García Albiol llegó a ser Alcalde de Badalona y hoy candidato por el PP a la Generalitat de Cataluña.

G.: ¿Qué trabajo te satisfizo más: cantera, tecnificación o baloncesto profesional?

M.N.: Donde me he sentido más realizado ha sido viendo el progreso de la gente joven que estaba trabajando conmigo. Los dos periodos como primer entrenador del primer equipo fueron más por necesidad de Club que por voluntad mía.

Aunque disfruté mucho dirigiendo un senior en Sant Josep; pero claro, jugaban unos tíos que se llamaban Albert Olivé, Álex Mumbrú y Roger Grimau. Era un grupo muy identificado con mi baloncesto.

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