Muchos aficionados se sorprenderán al mirar la clasificación de la Euroliga. Sí, el Armani Milan es el último clasificado, con solo 3 victorias después de 12 jornadas. Una situación crítica para un equipo aspirante a todo que, además, este año se reforzó con nombres importantes, pero que no está funcionando. Todavía queda mucha Euroliga y la realidad es que están a solo 3 victorias de los puestos de playoffs, pero analizamos algunas de las causas del naufragio italiano, que acumula 8 derrotas consecutivas:
Lesiones encadenadas
La realidad es que, siendo justos, Armani Milán prácticamente no ha podido tener a su plantilla completa en ningún momento de la Euroliga. La lesión que sin duda más les ha marcado ha sido la de Shavon Shields, con problemas en el aquiles desde la tercera jornada. Se hizo daño en el partido ante el Bayern y no ha vuelto a jugar. Ahora sufren también con la ausencia (varios meses) de Kevin Pangos, que deja tocado el puesto de base. También se perdieron compromisos Billy Baron y Naz Mitrou Long, Stefano Tonut no juega desde la 7ª jornada y Luigi Datome solo ha podido jugar 2 partidos de Euroliga. Incluso el recién llegado Luwawu-Cabarrot se tuvo que retirar del partido ante el Baskonia con un fuerte golpe en la cabeza que le impidió regresar al encuentro. Un carrusel de bajas, algunas muy importantes como la de Shields, sin recambio natural, que han hecho que el equipo tuviera que reinventarse cada semana y no haya tenido continuidad.
Dudas en la confección de la plantilla
Fue un verano intenso en Milán. La marcha de Sergio Rodríguez y Malcolm Delaney provocaba un cambio estructural importante en el equipo italiano, que apostó fuerte por Kevin Pangos, que debía romper su acuerdo con el CSKA. Lo mismo, con Johaness Voigtmann, que también salió de Rusia. Una planificación que, de momento, no está funcionando. Ni la dupla de bases (Pangos, Mitrou Long), que ni está haciendo jugar al equipo ni está siendo resolutiva, ni el juego interior. DeShaun Thomas, otro de los fichajes, juega apenas 10 minutos por partido. Voigtmann, 15, en los que promedia unos discretos 4 puntos por partido. Y Brandon Davies, que solo ha superado los 10 de valoración en 3 partidos de Euroliga. Un rendimiento discreto de unas incorporaciones de mucho caché en Europa y muchos cromos en una plantilla que todavía no tiene estructuradas las rotaciones y los roles en ataque. Gente como Niccolo Melli, Voigtmann, Hines o Hall están lejos de su mejor versión y el problema es que, cuando estén todos, habrá que reajustar otra vez los minutos y roles. Equilibrio complejo.
Problemas en ataque
Es evidente. El ataque de Milán no funciona y las soluciones que ha probado Messina, tampoco. Hablamos del equipo que menos puntos mete por partido en la Euroliga (67,7), casi 20 menos que el que más (Cazoo Baskonia, con 87). Presentan el peor rating ofensivo de toda la competición (97,2 puntos por cada 100 posesiones) y el peor porcentaje en triples, un 31,8%. También el 2º peor porcentaje en tiros de 2 (47%), es el equipo que menos va a la línea de tiro libre y el rebote ofensivo tampoco aparece: son el peor en % de rebotes ofensivos y el 15º en capturas totales en ataque. Pocas posesiones, poca fluidez y problemas para encontrar ventajas en ataque. Messina ha ido cambiando las rotaciones, en parte obligado por las lesiones, y buscando soluciones, pero no lo ha conseguido. Atascos que han provocado problemas de espaciado y abuso de la media distancia en algunos tramos, así como falta de soluciones ofensivas, con jugadores como Devon Hall promediando un 25% en tiros de 2 y un 28% en triples. Estas son las cartas de tiro del equipo italiano en lo que va de temporada:
El puesto de base
Es un punto clave en el baloncesto europeo y el Armani Milán no está dando con la clave. Los primeros partidos Kevin Pangos no tenía un recambio de garantías con la ausencia de Mitrou-Long. Y ahora, con Pangos lesionado, Mitrou-Long tiene que asumir un rol que le está costando. Ha tenido partidos de buenas anotaciones (19 ante Zalgiris, 18 frente al Fenerbahçe), pero el último choque, ante el Cazoo Baskonia, fue un desastre: 0 de 10 en tiros y -9 de valoración. «Sin bases no se puede ganar en la Euroliga», dijo Messina tras la derrota en el Buesa Arena. De momento, parece que el equipo no acudirá más al mercado (ya ficharon a Luwawu Cabarrot) y han desmentido que hayan negociado con Facundo Campazzo, así que Mitrou-Long tendrá que seguir asumiendo buena parte del peso ofensivo del equipo. Muchas dudas en el puesto de 1 y toma de decisiones errática en pista.
La defensa, lo único salvable
Sorprendentemente, el equipo italiano presenta la mejor defensa de toda la Euroliga en cuanto a rating defensivo, con 107 puntos encajados por cada 100 posesiones. Sobre todo en el exterior, donde consigue bajar los datos de asistencias y forzar más pérdidas en el rival, el equipo muestra una buena cara defensiva. Un dato paradojico y preocupante, porque el atasco está en el otro lado y no se resuelve solo con un cambio de actitud. Ante Baskonia, en el último partido, sí sufrieron más en el rebote ofensivo, concediendo 13, el tope de la temporada, pero hasta ahora eso no había sido un gran problema en Milán. En resumen, mucho cemento y un bloque sólido en defensa, sin soluciones en ataque.
El caso Brandon Davies
En el capítulo de los fichajes hemos pasado por encima de Brandon Davies. Llamado a ser una de las grandes incorporaciones, no está rindiendo al nivel esperado salvo en el último encuentro, ante Baskonia, y después de un escarmiento por parte de Messina, que le dejó sin jugar en el duelo ante Fenerbahçe. Volvió en liga italiana y brilló ante Cazoo Baskonia con 23 puntos y 12 rebotes. En otros 5 encuentros no había superado los 6 puntos y en varios choques ha tenido graves problemas con las faltas, que le han limitado. Solo promedia 17′ en pista, con 10 puntos y 3,5 rebotes. Un Brandon Davies menos determinante que el que vimos en tramos con el Barcelona y que no está justificando de momento la fuerte inversión económica que hizo Armani Milán con él.
¿Messina?
La realidad es que este Milán no funciona, pero en el banquillo está toda una institución europea, como Ettore Messina. Lo que vemos es un equipo plano, lejos de la fantasía y explosividad ofensiva de jugadores de los últimos años como Mike James, Sergio Rodríguez o Kevin Punter. Y en el banquillo, Messina no está cómodo. «El equipo está deprimido», dijo tras la última derrota ante Baskonia. Y unas semanas antes, amagó con dejar el banquillo: «Soy el principal responsable de este equipo. Si el equipo juega así, yo me siento responsable de haber reunido a un equipo que no hace click. Ahora lo único que puedo hacer es intentar manejar la situación en Italia, donde todo es posible todavía, y hacerlo mejor en la segunda parte de la Euroliga. Si seguimos jugando así, sacaré mis propias conclusiones, iré a ver al señor Armani y le diré que es necesario encontrar otro guía para este equipo», dijo tras perder ante el Efes. Y han llegado dos derrotas más.
Hablamos de un técnico con una ascendencia enorme en el club y responsabilidades de director deportivo junto a Christos Stavropoulos. ¿Se puede echar a Messina? ¿Se iría él como sucedió en su etapa en el Real Madrid si no es capaz de reconducir el rumbo? De momento, el calendario llevará a Milán a visitar el OAKA para enfrentarse al Panathinaikos y, posteriormente, recibir a Maccabi y viajar a Belgrado para enfrentarse al Estrella Roja. Veremos si cambia la situación del equipo italiano.
Foto: A.Arrizabalaga /Getty Images
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