Cuando alguien lo gana absolutamente todo, no queda más remedio que rendirse a sus pies. Luka Doncic fue nombrado MVP de la final de la Euroliga y puso su nombre a un completo de galardones a la altura de muy pocos. El jugador del Real Madrid añadió el trofeo de mejor jugador del partido por el título al de MVP de la temporada en la continental, al de Rising Star de mejor jugador menor de 22 años y al de integrante del quinteto ideal de la campaña. Casi nada. Todo para él.
Doncic, el niño prodigio del baloncesto europeo que pondrá casi con toda seguridad rumbo a la NBA la próxima temporada, firmó una actuación de 15 puntos, 2/4 en tiros de tiros de dos, 1/4 en triples, 8/10 en tiros libres, 3 rebotes, 4 asistencias, 1 robo de balón y 17 de valoración. Una línea estadística que quizás no parezca demasiado, pero que dentro del contexto de la final contra el Fenerbahçe es para quitarse el sombrero.
«Todo el mundo habla de presión, pero cuando estoy en la pista sólo pienso en divertirme», declaró el esloveno tras el partido. «La presión está ahí, pero cuando sales a la cancha no piensas en eso, sólo en jugar».
Doncic: «La clave es que todo lo hacemos como EQUIPO, perder y ganar. Donde la gente ve presión yo solo veo diversión». #F4Eurofighters pic.twitter.com/C52T1uHps6
— Basket en Movistar+ (@MovistarBasket) 20 de mayo de 2018