El primer gran evento de la temporada en Argentina es el Súper20, para cuya Final Four se han clasificado San Lorenzo, San Martín, Gimnasia y el sorprendente Instituto. Y el anfitrión y gran revelación Instituto cuenta con un viejo conocido como Dwayne Davis (1.96 m.; 26 años), que pasó por la ACB en las filas del UCAM Murcia la temporada 2013-14 en su primer año como profesional.
El estadounidense es el segundo máximo anotador de este torneo inaugural con 20,33 puntos por partido, a 0,59 del máximo cañonero Johnson, después de haber jugado en Grecia (Koroivos), Líbano (Hoops) o ser el máximo anotador de la Segunda División Italiana el pasado curso con Jesi.
En una entrevista a la web de la Confederación Argentina de Baloncesto, ha repasado sus inicios en el baloncesto, deporte que practicó desde que “era chico, pero empecé a dedicarme y a hacerlo de forma organizada en el colegio, más o menos cuando tenía 16 años. Hasta ahí no me tomaba al basket como algo serio”.
Y es que los orígenes de Dwayne Davis no fueron nada fáciles. Empezando por la “pérdida de mi madre cuando tenía 13 años. Me tuve que hacer cargo y cuidar de mi hermano y hermana. Fue un tiempo muy duro y complicado, nos costó atravesarlo. La muerte de mi madre fue lo más duro, ella era muy especial, porque además no tuve a mi padre alrededor”.
Este momento no fue “para nada fácil, pero no tenía otra alternativa que sobrevivir. Mi madre me inspiró en ese camino, siempre trató de guiarme por el camino correcto. Y te repito, no fue fácil, pero debía hacerlo. Es más, llegamos a dormir en un coche abandonado con mis hermanos seis o siete meses”.
El entorno no ayudaba ya que Davis reconoce que “tenía alrededor a gente que no estaba haciendo las cosas bien, pero desde chico sabía que quería ser diferente, quería tener éxito, viajar alrededor del mundo. Yo nací en una ciudad de Filadelfia en donde veía mucha violencia alrededor y podía ir por un camino o el otro. Enfrentaba problemas todo el tiempo y mentalmente no era fácil, porque soportar eso a mi edad y mantenerse positivo no era para nada simple. Pero me las ingenié para hacer las cosas correctas hasta que pude llegar al College”.
Y aunque todas las noches sobrevolaba la opción de “tirar la toalla… Pensaba en mis hermanos… Quizás las palabras no lo pueden explicar. Lo único que sabía es que no podía dejar a mi hermano, que en ese momento tenía un año, ni a mi hermana, que tenía nueve. En ese momento el basket no era importante en lo más mínimo. Lo único que importaba era sobrevivir, y hacer lo que sea para ayudar a mis hermanos. Era todo lo que tenía en la mente. Fue un proceso de aproximadamente dos años, y se empezó a resolver cuando empezamos a recibir ayudar de otros miembros de la familia. Fueron dos largos y duros años, el momento más duro de mi vida”. Todo un ejemplo de superación.
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