A veces la realidad supera a la ficción. Aunque se habla de quizás el mejor jugador del mundo. En medio del tercer cuarto, con 26 puntos de diferencia, de una clara victoria (109-97), por parte de los Cleveland Cavaliers, Lebron James no pudo recibir un pase que salió por la línea de fondo. Podía ser una jugada más de un choque decidido. Pero no lo fue. LeBron James, cansado de jugar, ¡se sentó en el banquillo!
El equipo de David Blatt tuvo que defender la siguiente acción con cuatro jugadores, ya que no dio tiempo a que Richard Jefferson entrara en pista para sustituir al ‘23’ de los de Ohio. «Le pedí disculpas a mis compañeros de equipo por ello», destacó LeBron de una acción a la que su entrenador encontró un tono de humor. “Pensaba que estábamos jugando al hockey. Entiendo su frustración, pero obviamente no debe de hacer eso”, destacó el técnico de los Cavs.
A pesar de ello, LeBron volvió a ser el jugador más completo de su equipo en pista. Anotó 19 puntos, capturó 11 rebotes y dio ocho asistencias. Kevin Love realizó un extraordinario encuentro con 25 tantos y también 11 capturas bajo los aros para conseguir sin excesivos problemas su décima victoria de la temporada. Su superioridad en el rebote y la pintura fue suficiente para despegarse en la primera mitad.
Los Hawks no entraron en ningún momento en el choque. El claro ejemplo de ello fue su entrenador. Mike Budenholzer fue expulsado en el segundo cuarto por entrar en pista contactando con un colegiado. «Si hubo contacto, fue al 100% de forma no intencionada”, destacó el técnico visitante. El mejor de su equipo fue Paul Millsap, que sumó un doble-doble de 14 puntos y 11 rebotes, pero Atlanta no estuvo en ningún momento dentro del choque y sólo maquilló la derrota en los minutos finales.
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