Pau Gasol no pudo celebrar todo lo bien que hubiera querido su nominación al All-Star. Tras la lesión de su compañero Jimmy Butler, estará en Toronto. En su equipo no se sabe muy bien si lo prefieren o no. Ahora mismo, es el único pívot de nivel, salvando la aparición de Bobby Portis, que está sano en la plantilla del equipo de Illinois. Eso no fue suficiente para vencer a Atlanta Hawks, que se llevó el triunfo por 90-113.
Taj Gibson, con un esguince en el pie, también es baja para los de Fred Hoiberg. Menos mal que llega la cita de las estrellas pensará el entrenador. Además de no tener recambios interiores para Gasol, su equipo no sale del bache. Lleva seis derrotas en los últimos siete choques, cuatro de ellas de forma consecutiva. La última, en el United Center, fue la confirmación de forma progresiva de un equipo en dinámica negativa.
Con el pívot de Sant Boi como único estilete ofensivo, (máximo anotador del partido y doble-doble de 20 puntos y 10 rebotes), los Bulls empezaron serios el choque, (29-28 en el primer cuarto), con Derrick Rose acompañando en ataque al español. Era una utopía la buena imagen de Chicago. Un 19-25, y sobre todo, un 25-38 en los siguientes cuartos enterraron el choque, y mostraron a un equipo que ahora mismo no responde a los golpes.
O aprender a hacerlo o los playoffs corren serio peligro. Su balance ya es 27-25, y sólo están un partido por delante del noveno puesto, que ocupa Detroit. Todo eso se verá después del All-Star. En los Hawks, que aprovecharon las 19 pérdidas de los locales para conseguir 25 puntos, (19 al contraataque), brilló Dennis Schroeder, con 18 tantos. Hasta ocho jugadores pasaron de los 10 puntos, con Teague, (17), Horford, (16), y Millsap, (16), como mejores hombres. Fin a la racha de dos derrotas consecutivas de Atlanta.
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