La victoria de los Houston Rockets sobre los Golden State Warriors no estuvo exenta de polémica. Según indicaron varios jugadores y el propio entrenador Steve Kerr, Draymond Green pidió tiempo muerto a los árbitros a falta de 4 segundos y los colegiados no lo vieron.
Todo sucedió en los instantes finales del choque, cuando James Harden falló y Green capturó el rebote con trece segundos para el bocinazo. A partir de ese momento los Warriors elaboran sobre la marcha una jugada que no termina bien y lapida prácticamente las opciones de victoria de los actuales campeones. Algo que se pudo evitar de haber solicitado un tiempo muerto que nunca llegó. «Quería pedir tiempo muerto. Draymond [Green] lo intentó pedir durante cuatro segundos. Pero lo árbitros no estaban mirando. Sinceramente, esperaba que no nos lo dieran», declaró Steve Kerr tras el encuentro.