Robert Williams no ha comenzado bien en los Celtics, es obvio.
Ya contamos en este espacio lo que pasó con él en la noche del Draft 2018. Un acontecimiento en en el que él no tuvo nada que ver y otro en el que sí: Danny Ainge desveló por error en una conversación por FaceTime con Terry Rozier que él iba a ser el elegido un tiempo antes de que se produjera dicha elección; después, una vez fue escogido en la primera ronda (número 27), estaba preparado para tener una conferencia telefónica con la prensa, se quedó dormido y lo justificó como que había «tenido dos días muy intensos y estaba cansado».
Williams ya tenía una reputación singular antes del ‘draft’ por su ética de trabajo, pero es que esto se agudizó al anunciar que se quedaría en casa -estando invitado por la NBA, algo que no es fácil y el rechazo a ello queda marcado- con su familia y amigos viendo la ceremonia.
En la liga de verano, en la previa de ella más bien, ha tenido otro desliz que le ha costado la bronca de Brad Stevens, que no se caracteriza por un carácter demasiado fuerte o duro. «Me explicó que estas son oportunidades que no tienes muchas veces más. Fue una llamada para que despertase», asegura el jugador. Y nunca mejor dicho. Robert Williams se quedó dormido otra vez, o eso se cuenta en los mentideros, y perdió el avión que le llevaba a Las Vegas.
Aseguró que no ha habido castigo, pero sí reprimenda: «Te castigan con las palabras, más de lo que os podáis imaginar». El jugador, sin embargo, asumió los errores: «Es todo culpa mía. Quiero que pase todo ya».
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