| Memoria 2016-17 | ||
| Balance: 37-45. Fuera de Playoffs en el Este. | ||
| Eficiencia Ofensiva | Ritmo | Eficiencia Defensiva |
| 103.3 (25º) | 97.1 (24º) | 105.3 (11º) |
| Ataque | 4 Factores | Defensa |
| 49.2% (27º) | % efectivo en tiros | 51.6% (19º) |
| 21.8% (30º) | Tiros libres | 25.3% (9º) |
| 12.1% (2º) | Pérdidas | 13.1% (23º) |
| 24.1% (12º) | Rebote ofensivo | 18.8% (1º) |
Glosario de la Memoria 2016/17:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos producidos cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el total.
- Plantilla y cuerpo técnico para la temporada 2017/18
- Puntos fuertes: Una fuerza en el rebote. Pick&roll Jackson-Drummond.
- Puntos débiles: Falta de creatividad ofensiva. Indefinición en rotación de aleros.
Los Pistons de Stan Van Gundy, que despegaron hace dos años en torno al orden defensivo, su dominio del rebote y la explotación ofensiva del juego de pick&roll entre Reggie Jackson y Andre Drummond, bajaron un peldaño el curso pasado. El principal motivo fue simple, Jackson se perdió el primer mes de competición y después sólo exhibió su versión vertical y eficiente el mes de enero. Demasiado poco. Sin la chispa del sistema, la ofensiva se derrumbó.
Para un equipo con falta de generadores con bote y sin espacio ofensivo (cuarto volumen de triples más bajo NBA, 26.3%; y tercer peor acierto, 33%), no contar con su herramienta vertebral al mejor nivel suponía un hándicap elevado. Así el ataque de Detroit, abrazado a ritmos lentos y con poca transición, colapsó nublando opciones de repetir presencia en playoffs.
Sin embargo el sistema puede haber encontrado algo de respiro. A pesar de la salida de Kentavious Caldwell-Pope, por necesidad usado como generador secundario y amenaza espacial, los Pistons contarán en su perímetro con Avery Bradley.
Bradley, que parece ideal para jugar con Van Gundy, logró porcentajes similares a Caldwell-Pope en triple tras recepción (37%) pero puede crear también desde el bote siendo mucho más eficiente en sus pull-ups (38% en lanzamientos de tres tras bote el curso pasado). Además del desahogo que ofrece atrás, donde resulta uno de los mejores defensores de perímetro de la Liga, el ex jugador de los Celtics es una vía de anotación real para un equipo ávido de puntos. Y estando en año de contrato (agente libre el próximo verano), se puede esperar su colmillo bien afilado.
Al mismo tiempo, con la alarmante necesidad del espacio, a la opción de subir el papel de Reggie Bullock e ir dando peso al novato Luke Kennard, extraordinario tirador en Duke, se unirá la alternativa de Langston Galloway, firmado este verano, que dejó un 42% en triples tras recepción y podría tener un espacio muy útil en la esquina oxigenando una ofensiva que lo necesita.
Los Pistons no son un equipo ideado para circular mucho el balón pero con formatos abiertos, claramente los preferidos por su técnico, lo esencial es conseguir crear un escenario en el que la explotación del mayor recurso, el bloqueo de Drummond para Jackson, tenga alternativas. Uno que permita al ataque respirar y competir a buen nivel sin temor al desplome. Sin grandes anotadores en nómina, Van Gundy necesita sobre todo mantener su ataque en registros alrededor de la media NBA.
¿Puede subir Drummond su impacto?
Si bien el contexto no era el ideal, con Jackson apagado y un espacio ofensivo alejado de la decencia, Andre Drummond experimentó la pasada campaña sensaciones de regresión en diferentes apartados. Tratándose del hombre clave del proyecto, altamente preocupante. Dejando aparte el asunto de los tiros libres (tercera temporada consecutiva por debajo del 40% de acierto), que le convierte en un peligro para su propio equipo en determinadas situaciones de partido, Drummond no fue capaz de mejorar en dos áreas muy relevantes para su progresión.
La primera fue ofensiva: el uso y eficiencia en la ejecución del pick&roll. Si bien es fantástico colocando la pantalla, no ha desarrollado una solvencia clara finalizando cerca del aro. No la tenía hace dos cursos, cuando firmó 1.10 puntos por posesión en 2.4 acciones de roll por partido (continuando hacia el aro tras la pantalla), pero incluso decayó el pasado, con 1.06 puntos producidos por acción en aún menos volumen (1.8 por encuentro).
Sin pedirle que alcance ahí el nivel de exterminio de Jordan (1.5 puntos por posesión), Gobert, Valanciunas o incluso Nene (1.25), que un jugador con sus condiciones presente registros peores que Kelly Olynyk o Nikola Jokic no es nada positivo. Aunque el temor de ir a la línea exista (también sucede con Jordan en los Clippers), Drummond tiene argumentos para ser un martillo y ayudar más a Detroit en esas jugadas.
La segunda área fue defensiva. Y es que su 55.5% permitido a los rivales cerca del aro fue la tercera peor marca NBA para aquellos jugadores que se enfrentaban a al menos siete acciones por encuentro, sólo por delante de Nikola Jokic y Marcin Gortat. También peor dato que el año anterior. Incluso con un sistema defensivo asentado como el que presenta Van Gundy, las expectativas con Drummond son que adquiera una dimensión de ancla o corrector defensivo y pueda dar un salto cualitativo a la defensa. A día de hoy, está lejos de lograrlo.
Drummond es una bestia del rebote. Lo es en su aro, en el ajeno y en todo tipo de situaciones. Volvió a liderar la Liga en capturas ofensivas ‘contestadas’ (aquellas con un rival peleando el balón), con 3.4 por encuentro y terminó segundo en rebotes por partido (13.8). Pero si Detroit quiere dar un paso adelante como proyecto necesita que pase a ser relevante en otros aspectos del juego.
En manos de Johnson y Harris
Habiendo perdido a Marcus Morris (involucrado en el traspaso de Avery Bradley) y Aron Baynes, otro de los puntos más sugerentes con la temporada de los Pistons es resolver la rotación del frontcourt. Sobre todo la de los aleros, ya que el serbio Boban Marjanovic debería asumir los minutos de suplente de Drummond.
En lo que respecta a los acompañantes del pívot, con Tobias Harris destinado a ser importante como anotador secundario, aunque a la espera de que pueda afianzar su tiro de tres para dar un salto de calidad, la opción de Stanley Johnson gana fuerza.
Foto: Getty
Johnson vivió un año de novato realmente ilusionante, con sensaciones defensivas de primer nivel, para después caer en el fondo de la rotación durante su curso sophomore. No sólo jugó menos sino que lanzó peor y perdió buena parte del peso que se había ganado a pulso durante su estreno. Su confianza cayó en picado.
Van Gundy le va a necesitar de nuevo porque Morris desempeñaba un papel valioso en situaciones oscuras y, en su mejor estado, Johnson podría formar un tándem mortífero atrás con Avery Bradley, que permitiese a los Pistons ser mucho más agresivos en su primera línea defensiva y de paso bajar porcentajes de tres de los rivales (entre los diez peores datos del curso pasado, permitiendo un 36.6%).
Los Pistons han incorporado al veterano Anthony Tolliver para esos puestos de frontcourt. Y Jon Leuer ejerce un rol útil como cuatro abierto por su capacidad para tomar buenas decisiones cuando el ataque se aleja de lo automático, pero el escenario ideal de Detroit puede llegar con Johnson y Harris como pareja junto a Drummond. Algo, que de todas formas, exigirá más y mejor implicación en rebote sobre todo al segundo. Y es que aunque Drummond sea casi omnipotente en ese área (Detroit fue el mejor equipo de la Liga cerrando su rebote defensivo el año pasado), no está de más darle algo de soporte.
En cómo resuelva el técnico la configuración en las alas y sobre todo si cuenta con alguno de esos jugadores pudiendo subir su rendimiento puede encontrarse una de las claves del rendimiento de Detroit esta campaña. Una en la que volver a los playoffs debe ser un objetivo real.
Datos de lupa:
- Colectivo:
Los Pistons tuvieron el quinto mejor diferencial de rebote NBA, +2.8 sobre los rivales, siendo el mejor conjunto protegiendo el rebote en su aro (sólo 18.8% de capturas permitidas ahí).
- Individual:
Detroit fue 9.2 puntos (por 100 posesiones) mejor defendiendo sin Andre Drummond en pista (99.7) que con él (108.9). Una situación que Van Gundy tratará de revertir este curso.
Situación salarial:
- Salarios franquicia: 114.5 millones
- Límite salarial: 99.1 millones
- Impuesto de lujo: 119.2 millones
- Mínimo salarial: 89.2 millones
Fuente: Basketball Insiders
- Opción de jugador
- Opción de equipo
- Qualifying Offer
- No completamente garantizado
Detroit cuenta con un contrato multianual que rebasa los 20 millones de dólares (Drummond) y otros tres que superan los 10 (Jackson, Harris y Leuer). Además, este verano los Pistons se hicieron -vía traspaso- con Avery Bradley, que pese a percibir menos de 9 millones este curso es agente libre sin restricciones en 2018, por lo que su continuidad exigiría pasar por caja. El de Bradley fue un refuerzo que, por otro lado, acabó resolviendo por si solo el conflicto con Kentavious Caldwell-Pope, que cambió Pistons por Lakers.
Más allá del Draft y la firma del veterano Anthony Tolliver (2 millones por un año), la llegada de Langston Galloway (21 millones por 3 años) es la otra gran novedad de la franquicia durante este período de offseason. Con acuerdos de volumen y asegurados al menos por dos años, la flexibilidad de Stan Van Gundy es muy limitada. De hecho los Pistons tienen ya casi 96 millones asegurados para el curso 2018-19.
Jugador a seguir:
Aunque la llegada de Bradley puede dar otro empaque colectivo, el gran salto cualitativo depende de Andre Drummond. Con su impacto defensivo por desvelar y su rol ofensivo pendiente de evolución, el pívot afronta un curso clave para ver si es capaz de colocar su impacto a la altura de los interiores más dominantes de la Liga. Más allá del rebote.
Foto: B. Sevald/Einstein/NBAE via Getty Images
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