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Guía NBA 2017/18: San Antonio Spurs, por Andrés Monje

Guía NBA 2017/18: San Antonio Spurs, por Andrés Monje

Memoria 2016-17
Balance: 61-21. Segundos del Oeste y de la Liga. Eliminados en Finales de Conf. (Golden State, 4-0)
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
108.8 (7º) 96.4 (27º) 100.9 (1º)
Ataque 4 Factores Defensa
52.4% (10º) % efectivo en tiros 49.2% (2º)
26.3% (18º) Tiros libres 24.9% (7º)
13.9% (14º) Pérdidas 14.8% (10º)
24% (14º) Rebote ofensivo 22.4% (6º)
 
Glosario de la Memoria 2016/17:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos producidos cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el total.

 

San Antonio lleva veinte años consecutivos ganando como mínimo 50 partidos de fase regular en el Oeste (o su equivalente, en caso de lockout), además de cinco seguidos acabando el curso con ataque y defensa en el top 7 NBA. Ambas a la vez. El modelo de éxito colectivo más longevo y versátil de la historia del baloncesto parece no tener fin y de hecho su camaleónica capacidad para adaptarse a multitud de contextos puede mostrar otro ejemplo, ya el enésimo, esta misma campaña.

Una lesión de Kawhi Leonard dejó sin opciones a la franquicia en su Final de Conferencia ante los Warriors y, de paso, confirmó algo no del todo seguro hasta entonces: que el alero de los Spurs no era en realidad un cyborg. Golden State habría sido favorito igualmente en la serie pero con Leonard en cancha los Spurs son un equipo demasiado potente como para resolver eliminatorias antes de tiempo.

El verano ha sido considerablemente tranquilo, sobre todo partiendo de la continuidad de Manu Ginobili, Pau Gasol y Patty Mills. Más allá, el escenario con Jonathon Simmons y Dewayne Dedmon era complejo, con ambos recibiendo mejores propuestas económicas fuera de la franquicia y finalmente dejando el equipo. Sus recambios han sido Rudy Gay y Joffrey Lauvergne, que dan otros matices distintos al esquema, sobre todo en ataque.

San Antonio construye su éxito a partir de un sistema defensivo extraordinario, que ha liderado la NBA los dos últimos años. En él la influencia de Leonard no tiene comparación, hasta el punto de que determinados rivales han comenzado a emplear ante los Spurs tácticas ofensivas cuyo objetivo es aislarle todo lo posible de la acción principal (mandándole a la esquina), incluso a costa de sacrificar a sus principales hombres de ataque (defendidos por Kawhi). En otras palabras, y simulando una partida de ajedrez, los adversarios sacrifican a su reina porque la reina del rival es simplemente demasiado dominante.

Con varios stoppers de primer nivel y una lectura de ayudas soberbia bajo la supervisión de Gregg Popovich, San Antonio es una trituradora en el perímetro (tercer equipo que menor volumen de triples permitió y quinto mejor después defendiéndolos), que además cumple toda teoría de eficiencia del mandamiento analítico: obligan a muchos tiros de media distancia, conceden pocos tiros libres, reducen el impacto en la pintura y protegen el rebote (top 10 en todos esos apartados).

Pese a su experiencia, Popovich jamás deja de aprender e incorporar recursos a su equipo. Es la mejor forma de perpetuar su éxito. San Antonio, con dos interiores grandes y a los que los rivales podrían castigar en situaciones de transiciones, fue el equipo que más bajó los porcentajes cerca del aro. Y el único en realidad que los dejó por debajo del 50%. Fue, de nuevo, una obra maestra atrás.

Rodear a Kawhi en formatos pequeños

Pese a la fiabilidad del sistema, el cuerpo técnico entiende la necesidad de amoldarse aún más a la nueva era. Y eso pasa por promover quintetos con solo un interior, ya sea LaMarcus Aldridge o Pau Gasol, rodeado de hombres atléticos, versátiles y con capacidad para rendir en ambos lados de la pista. Con rivales como Warriors, Rockets y Thunder en el horizonte, responder a esas exigencias es algo básico para competir.

San Antonio fue productivo en todo contexto con sus interiores el año pasado (jugando juntos, sólo con el americano y sólo con el español), pero la peor versión atrás llegó con ambos en pista. Es posible que este año ese formato se limite, ya que la gran ventaja del equipo nace de su dominio atrás y por tanto es lo que conviene promover.

Foto: Getty

 

En ataque, con un sistema dominado totalmente por Leonard (Point-Forward a su gusto), todo orbita en torno a él. Kawhi produce en toda situación imaginable pero su paso adelante en lo creativo desde el bote, mandando desde el bloqueo directo, le hace imparable.

Con un monstruo liderando, la secuencia de roles en las alas puede marcar el éxito del sistema, con Danny Green de sobra asentado como especialista en defensa y para lanzar abierto pero el enigma de Rudy Gay, que puede ser diferencial. Gay cayó lesionado el pasado enero en su tendón de Aquiles pero se espera que llegue con normalidad a inicios de curso y ofrezca la triple baraja de aleros versátiles que busca Popovich, con el plus de que Gay es un gran anotador.

El deseo de replicar a Simmons con Gay guarda justamente ese matiz. Gay no es ni mucho menos tan bueno atrás como Simmons, pero sí grande y versátil, puede cambiar asignaciones atrás… y ofrece mayor desahogo en ataque, tanto desde el tiro abierto como generando puntos por sí mismo.

Ginobili mantendrá su papel de generador desde la rotación, con el que se siente muy cómodo y Popovich le protege más durante la fase regular, pero jugadores como Davis Bertans o Kyle Anderson deben dar un paso adelante justamente en esos roles de complemento que Kawhi requiere al lado. San Antonio va a tratar de convertirse en un equipo de aleros.

De Parker a Murray, pasando por Mills

Otra de las claves del éxito se encontrará en el puesto de base, en una situación por descifrar. Por primera vez en mucho tiempo Tony Parker dejó de ser tan efectivo como solía en su rol de atacar el aro y ejercer como contrapunto del sistema. Uno por cierto mucho menos fluido que otros años y ya totalmente entregado al desequilibrio de Leonard. Los Spurs artísticos en lo creativo quedaron atrás o, al menos, en segundo plano. Ahora todo parte de un solo hombre.

El descenso de rendimiento del francés, que también comprometía mucho atrás en playoffs, obligó a Popovich a tirar de Patty Mills, cuya mejor lateralidad defensiva y buen tiro resultan útiles al colectivo. Sin embargo para San Antonio el rol de Parker como verso libre y productor vertical de puntos ha sido tradicionalmente muy valioso. Empezando el curso lesionado (y sin fecha exacta de retorno, aunque se baraja final de año), se abre una pregunta con un gran interesado para responder.

Es ahí donde puede entrar Dejounte Murray, que cerró su año de novato dando la cara en la serie ante Golden State y sugiere un potencial por el que apostar. Otro más para la nómina de jugadores bajo el radar en San Antonio. No sería sorprendente que Murray tuviese mayor oportunidad en fase regular este curso, al son de un equipo que apunta de nuevo a superar sin problemas los 50 triunfos, para calibrar cómo de preparado está. Y cómo de reales fueron las sensaciones dejadas en los últimos playoffs.

Murray necesita mejorar su tiro exterior y en realidad evolucionar en multitud de áreas, pero no hay sitio más apropiado para hacerlo que la franquicia en la que está. Con Parker y Mills como tutores y al resguardo de presión, su oportunidad es muy buena.

Pese a la verticalidad de su sistema, San Antonio sigue renunciando mucho al aclarado y produciendo una alta cantidad de buenos tiros. Por estructura el año pasado se abusó del midrange (Aldridge y Gasol son dos pívots con tendencia a abrirse tras los bloqueos), pero no comprometió el éxito. Se pasó a tirar menos de tres y más de seis metros, pero la productividad en ambas zonas fue brillante, con los Spurs cerrando el curso como mejor equipo desde el triple (39.1% de acierto) y cuarto mejor desde la media distancia (43.1%).

Si resuelven las dudas en el puesto de uno, también debilidad atrás –que obliga a Green a esas asignaciones-, los Spurs volverán a ser firmes candidatos a absolutamente todo.

Datos de lupa:

  • Colectivo:

Los Spurs fueron el mejor equipo NBA en situaciones de clutch (últimos 5 minutos con +-5 puntos de diferencia), sacando 21.5 puntos (por 100 posesiones) a sus rivales.

  • Individual:

Kawhi Leonard fue capaz de producir 1.01 puntos por posesión en situaciones de pick&roll, cuarto mejor dato de la Liga, sólo tras Lowry, Thomas y Lillard.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 114.9 millones
  • Límite salarial: 99.1 millones
  • Impuesto de lujo: 119.2 millones
  • Mínimo salarial: 89.2 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Los Spurs no tenían un verano sencillo, con numerosos jugadores acabando contrato y la incertidumbre de si algunos de sus veteranos querrían seguir. Pau Gasol y Manu Ginobili renovaron, aunque con cifras muy distintas (el primero a razón de 49 millones por 3 años, el último de esos no plenamente garantizado; y el argentino a cambio de 5 por 2), mientras que Patty Mills, otro clásico de la franquicia, también seguirá (50 millones por 4 años).

Los que dejaron San Antonio fueron Jonathon Simmons y Dewayne Dedmon, pero a los Spurs no les faltan pretendientes y acabaron firmando a Rudy Gay (17 millones por 2 años) y Joffrey Lauvergne (3 por 2). Con la flexibilidad atada, hay dos grandes puntos de interés en los Spurs: la agencia libre de Tony Parker (sin restricciones el próximo verano) y saber qué ocurre con LaMarcus Aldridge, ya que el jugador podría salir al mercado también en 2018. Esas dos situaciones sí podrán marcar más el futuro de la franquicia tejana.

Jugador a seguir:

Tras ser tercero en las carreras por el MVP y Defensor del Año la última campaña (también fue top 3 en ambas la anterior), Kawhi Leonard quiere más. Un jugador decisivo en ambos costados, que controla ya cada aspecto imaginable del juego, flexibiliza formatos y pone en mejores situaciones a sus compañeros. El sueño de cualquier técnico.

Foto: Getty

 

 

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