Guía NBA 2017/18: Utah Jazz, por Andrés Monje

• Andrés Monje
• 10/10/2017
• NBA

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Glosario de la Memoria 2016/17:

* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos producidos cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.

* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el total.

• Plantilla y cuerpo técnico para la temporada 2017/18
• Puntos fuertes: Defensa de élite. Tamaño y tremenda identidad colectiva.
• Puntos débiles: Paso atrás en ataque. Reducido desequilibrio individual.

Siete años después, Utah volvió a ganar una eliminatoria de playoffs en el Oeste. Antes de lograrlo, sólo cuatro franquicias, Warriors, Spurs, Rockets y Celtics, habían sumado más victorias de fase regular que el bloque de Quin Snyder (51). Un éxito notable. Sin embargo el fantástico crecimiento del equipo, convertido en una roca atrás, fue truncado seriamente en verano.

Gordon Hayward, jugador más importante del sistema ofensivo y All-Star ese curso, resolvió su agencia libre marchándose a los Celtics. Pero también George Hill, base titular y segundo generador, firmó con Sacramento. El escenario obligó a reestructurar una plantilla que deberá competir ahora sin sus dos mejores anotadores y directores.

El trabajo de Snyder y su cuerpo técnico en Utah está siendo fantástico, especialmente a la hora de generar una identidad colectiva clara a partir de un marcado carácter solidario y acompañando un impoluto plan defensivo. Hay pocos conjuntos más trabajados tácticamente y que promuevan más el desarrollo individual de sus elementos, la mayoría jóvenes y en progresión.

Otra buena muestra para recordarlo fue la exhibición de Igor Kokoskov, seleccionador de Eslovenia y asistente de los Jazz, durante el Eurobasket. Más allá de su estilo de juego, más flexible y dinámico que el exhibido por Utah, en el torneo acabó triunfando el molde de equipo, con todos los jugadores sintiéndose importantes y dando un paso al frente ante la adversidad. El mismo Kokoskov resultó un año antes muy valioso también en la evolución de Gordon Hayward. Otro ejemplo del ‘trabajo oscuro’ de una franquicia muy cohesionada y eficiente.

Por su tipología de equipo, Utah juega extremadamente lento (ritmo más bajo de la Liga), dando peso a sistemas de mucho trabajo táctico y enfocados sobre el tamaño no sólo de su pintura sino también de su perímetro. La situación puede llevarse aún más el extremo este curso, en el que se ha perdido una importante cuota de resolución en ataque.

Algunos de los principales refuerzos, Thabo Sefolosha y Jonas Jerebko para las alas, así como Epke Udoh (último MVP de la Final Four de Euroliga) en la zona, van dirigidos a fortalecer aún más ese sentido defensivo. Y sólo Ricky Rubio y el novato Donovan Mitchell, siendo igualmente muy colectivos y con poder atrás, pueden sugerir algo más de oxígeno al plan.

Gobert encabeza una fuerza defensiva

Utah va a caminar bajo el radar todo el año. Y teniendo cierta lógica, no sería conveniente subestimar el poder su sistema y defensa. Los Jazz fueron el tercer mejor equipo de la Liga atrás el año pasado y para este tendrán aún más armas… y un año más de rutinas. Snyder perfeccionó un plan excelso que nubló prácticamente todas las áreas que le interesaban del ataque rival. Utah se convirtió en una picadora de carne.

Apenas recibió tiros de tres (segundo volumen más bajo de la Liga), inutilizó las esquinas (menor cantidad de triples recibidos desde ahí), forzó muchos tiros de media distancia y en la zona fue intratable, con Rudy Gobert encabezando un sistema que impedía anotar cerca del aro (sólo 50.4% de acierto rival ahí, segundo mejor dato NBA) y limitaba después el rebote ofensivo. Para colmo, la transición defensiva fue también sobresaliente. Lo dicho, una auténtica trituradora.

Gobert peleó el ‘Jugador Defensivo del Año’ a Green y Leonard. Y su impacto no puede apreciarse sólo con datos, por abundantes y extraordinarios que sean (segundo mejor jugador de la Liga bajando porcentajes en la zona restringida y líder NBA en tapones, por ejemplo). El francés, aún en proceso de evolución con su lectura defensiva, condiciona por sí mismo al rival. Utah dirige todo el tráfico a la media distancia en la parte central y ahí siempre aparece Gobert para sembrar el pánico, tanto en ayudas como en resolución por su cuenta.

Perfiles como Sefolosha y Jerebko, duros, inteligentes y versátiles, no harán más que sumar a un sistema que además ha ganado a Udoh como pieza móvil en la zona, cuenta con Derrick Favors como otro corrector interior y en el que abundan los aleros grandes pero móviles como Rodney Hood, Joe Ingles o Joe Johnson. Incluso en el perímetro existe esa tipología, con Dante Exum y Alec Burks. Utah es un equipo plagado de perfiles que alimentan su telaraña de cambios defensivos, que acaba precipitando después al rival hacia el ogro Gobert.

Muy interesante será descifrar el posible impacto de Ricky Rubio en un sistema tan poderoso atrás. Y es que estando tan cubierto en todas las posiciones, especialmente en la zona, el español podría ser verso libre defensivo, en el sentido de atacar mucho más de lo normal líneas de pase y arriesgar con el robo, su especialidad. Con el riesgo limitado en caso de error, teniendo a Gobert a su espalda, el escenario es fantástico para él. Y más aún acostumbrado a algo tan diferente: el caos defensivo vivido casi cada año en Minnesota.

Nuevo orden para anotar

Todas las bondades defensivas, muchas y variadas, se transforman en dudas justificadas en ataque. Perder de golpe a Hayward y Hill (entre ambos absorbieron el 51% del uso ofensivo de Utah, dejando 39 puntos, 8 asistencias y un 40% en triples por partido) sin haber visto llegar a un gran referente de ataque lo hace entendible.

Puede que el clasicismo vuelva a un sistema creativo antes gobernado por un alero. Rubio es, con bastante diferencia, el mejor generador de estos Jazz y Snyder le dará galones aunque, eso sí, en un sistema muy sistematizado (la pizarra toma gran valor y se circula muchísimo el balón). Y ya sin Diaw, con los minutos de Joe Ingles (renovado en verano) como Point-Forward como mejor salida a esa estructura.

Foto: Getty

Utah tiene algunos mimbres para anotar pero echará en falta un jugador que asuma gran responsabilidad ahí. Sobre todo en formatos con dos interiores o que junten a varios jugadores poco fiables ejecutando desde el bote. Necesitará desequilibrio. En ese aspecto, los focos pueden apuntar a Rodney Hood, con potencial para dar un paso adelante pero al final un jugador mucho más acostumbrado a que le generen las ventajas (fantástico 42% en triples tras recepción por debajo del 38% en tiros de campo desde el bote). Utah podría elevar bastante más sus situaciones de bloqueos indirectos para él este año, con el propósito de darle vuelo ofensivo.

Joe Johnson sigue siendo un factor en finales de partido y útil en minutajes reducidos pero, aunque esté en año de contrato, con 36 años no se le puede adjudicar mucho más peso. Con el hándicap de la creatividad interior (limitadísima) y la mayoría de aleros encaminados sólo a ejecutar (jugadores como Sefolosha, Jerebko y Ingles rinden más ahí), los problemas van a existir. Y posiblemente demanden cierta verticalización del sistema, sobre todo a partir de Rubio, que puede vivir un año clave. Con más necesidad que nunca de sus puntos, si tiene confianza va a tener todo de cara para contribuir mucho más en la ejecución.

Estando por resolver la compleja situación de Favors (acaba contrato en verano y su presencia condiciona el uso de formatos en pista), Utah puede encontrar otro camino al futuro en las manos de Donovan Mitchell, su pick de Lotería en el último Draft y un jugador al que se le presupone un gran acomodo con Snyder.

Datos de lupa:

• Colectivo:

Utah fue más eficiente con Gobert y Favors juntos (+11 net rating), que con cualquiera de ellos solo en pista. ¿Habrá tiro exterior para permitir esos formatos este año?

• Individual:

Joe Ingles metió el 46 % de sus triples tras recepción y el 40% de sus triples tras bote. Acabó con el cuarto mejor porcentaje NBA en tiros de tres (44.1%).

Situación salarial:

• Salarios franquicia: 109.7 millones

• Límite salarial: 99.1 millones
• Impuesto de lujo: 119.2 millones
• Mínimo salarial: 89.2 millones

Fuente: Basketball Insiders

• Opción de jugador
• Opción de equipo
• Qualifying Offer
• No completamente garantizado

La decisión de Gordon Hayward en la agencia libre representaba un punto de inflexión para el proyecto de los Jazz. Y a Utah le salió cruz. Hayward se marchó y el equipo en desarrollo que cruzó la frontera de las 50 victorias se ve ahora obligado al rearme sin su All-Star. Por el camino la Gerencia ha empezado a ejecutar el proceso.

Utah renovó a Joe Ingles (52 millones por 4 años) y se lanzó al mercado hábilmente para cubrir otra baja notable en la agencia libre, la de George Hill. La franquicia consiguió a Ricky Rubio (vía traspaso) y firmó varios jugadores muy del perfil Snyder, trabajadores y  de marcado sentido táctico y defensivo. Así llegaron Thabo Sefolosha (11 millones por 2 años), Jonas Jerebko (8 por 2) y Ekpe Udoh (6 por 2). Hay seis contratos en dobles dígitos al año pero sólo dos de ellos (Gobert e Ingles) se extienden más allá de 2019. Y el siguiente verano expiran los acuerdos de Derrick Favors y Joe Johnson, con las extensiones de Rodney Hood y Dante Exum a la vuelta de la esquina, por lo que las decisiones relevantes no se van a detener.

Jugador a seguir:

Rudy Gobert debe ser el eje de los nuevos Jazz. Consolidado como uno de los factores defensivos más dominantes de la NBA actual, de su rendimiento atrás debe partir todo lo bueno que llegue en Utah. Además, su impacto ofensivo podría seguir creciendo este curso, ya que ha mostrado ser capaz de ser un ‘martillo’ en el juego de pick&roll.

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