Dieron la vuelta a un 3-2. Exactamente igual que los Cleveland Cavaliers, que serán sus rivales en las Finales 2018, los Golden State Warriors sacaron adelante una eliminatoria en la que tuvieron el agua al cuello, frente a unos mucho más que peleones Houston Rockets. Definitivamente, y tras dos Finales de Conferencia a siete partidos, el anillo de campeón volverá a ser cosa de los mismos equipos que en los tres años anteriores.
Para ello, los actuales campeones tuvieron que remontar no sólo la eliminatoria, sino también el séptimo y definitivo partido de la misma. Tras ir a remolque en el marcador (llegó a estar 42-28 para los Rockets) durante la primera mitad, los Warriors sacaron su pundonor a relucir y dieron la vuelta al electrónico en un tercer cuarto a la postre clave, para llevarse al final una victoria (92-101) con la que muchos no contaban. Los de la bahía de Oakland anotaron 33 puntos en el periodo inmediatamente posterior al descanso y en Houston entonaron el famoso «tenemos un problema».
El conjunto de Texas murió a base de triples, pero los que sus propios jugadores fallaron. Los Rockets erraron un total de 27 lanzamientos de tres puntos seguidos, logrando un poco honroso récord de más tiros desde más allá del arco fallados de forma consecutiva. Esto después de haber anotado más triples que lanzamientos de dos durante la regular season.
Stephen Curry fue el mejor del partido con 27 puntos, 9 rebotes y 10 asistencias, quedándose a un rechace del ‘triple-doble’. Junto a él brillaron una vez más Kevin Durant (34 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias) y Draymond Green (10 puntos y 13 rebotes), así como Klay Thompson (19 puntos). El cuarteto de oro de los Warriors estuvo a pleno rendimiento. Tanto que los 32 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias de James Harden acabaron en un saco más roto que nunca.
Lo mejor de Stephen Curry y Kevin Durant
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