Terminaba el All-Star de Nueva Orleans y un terremoto informativo sacudía la NBA: el periodista Adrian Wojnarowki adelantaba que los Sacramento Kings traspasaban a su gran estrella, DeMarcus Cousins, precisamente al equipo de la ciudad donde se había celebrado el partido, los Pelicans.
Minutos después, Cousins comparecía ante la prensa. «Empezamos con preguntas sobre el partido», decía el responsable de prensa de los Kings. «¿De qué más van a preguntar?», replicaba Cousins antes de ser informado, al oído, de la operación. Y esta era su primera respuesta, sabiendo ya su nuevo destino: «Increíble, he disfrutado de la ciudad, me encanta estar aquí, en Nueva Orleans». Mira la escena:
DeMarcus Cousins reaction as soon as he found out he had been traded to the New Orleans Pelicans. #DeMarcusCousins #NewOrleans #Pelicans pic.twitter.com/SDKuE2ZEAY
— Manny Vieites (@manny_vieites) 20 de febrero de 2017
Cousins recibía hace pocos días la promesa de los Kings de no traspasarle: seguir en Sacramento le permitía optar este verano a una renovación por el máximo contrato, es decir, 209 millones de dólares por 5 años. Ahora pone rumbo a los Pelicans que luchan por entrar en los playoffs. Con un balance de 23-34 están tres puestos por detrás de los Denver Nuggets (25-31), el octavo clasificado del Oeste.
Para poder formar este tándem, los Pelicans se desprenden del escolta novato Buddy Hield, de los bases Tyreke Evans y Langston Galloway, además de primeras y segundas rondas del draft. Junto a Cousins, pone rumbo a Nueva Orleans el alero israelí Omri Casspi.
La operación permite reunir en un mismo equipo a Cousins, que promedia 27,8 puntos y 10,6 rebotes por partido, con el MVP de este All-Star, Anthony Davis, cuyos números también asustan: 27,7 tantos y 11,9 rechaces por noche.
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