La NBA ha recogido una camada de jugadores muy prometedores en este pasado Draft, y la prueba está en que muchos de ellos ya han firmado contrato con sus respectivas franquicias. A continuación os dejamos con un repaso de los tres nombres que quizás os sorprendan en su primera campaña.
Kevin Knox (Alero/New York Knicks) – Grandes condiciones atléticas y un arsenal amplio de recursos ofensivos. Su potencial es infinito, y aunque quedó algo estancado en su curso con los Wildcats de Kentucky en la NCAA, en la gran manzana han apostado por sus cualidades. En la Summer League ya ha demostrado su talento, y en un equipo renovado y con grandes lagunas en sus objetivos, puede ser de mucha utilidad. Una franquicia histórica en la que contará con muchas oportunidades desde el principio.
Grayson Allen (Escolta/Utah Jazz) – Uno de los jugadores más curtidos del Draft. Sus cuatro temporadas en la NCAA con los Blue Devils de Duke le han servido para estar más que preparado en la mejor liga del mundo. Aprender de Coach K es un lujo, y Allen ha exprimido todos sus conocimientos para mejorar dentro de la pista. Su facilidad para anotar y buscar el aro es perfecta para convertirse en una opción interesante desde el banquillo. Un gran equipo para arrancar su carrera en la élite.
Robert Williams (Pívot/Boston Celtics) – Uno de los robos del Draft. El interior formado en la universidad de Texas A&M es un jugador con un físico privilegiado. Su agilidad y su envergadura le permiten vivir por encima del aro constantemente, además de ser un potencial gran defensor si trabajan con su intensidad y lectura de juego. Centímetros para un proyecto que necesitaba esa posibilidad en el banquillo. Preocupa su forma de ser, aunque ya ha recibido un toque de atención.
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