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Cinco cosas que quizás no sabes sobre Cristina Ouviña, nueva jugadora del Valencia Basket

Cinco cosas que quizás no sabes sobre Cristina Ouviña, nueva jugadora del Valencia Basket

Valencia Basket sigue revolucionando el mercado de la Liga Femenina Endesa con la confección de su plantilla. Primero, renovando a varias de sus jugadoras españolas presentes, algunas de ellas recuperándose de graves lesiones (Leticia Romero o María Pina). Más tarde, apostando por la juventud de Raquel Carrera. Después, el bombazo con la llegada de Laura Gil. Y ahora, la noticia no lo es menos. Han incorporado a la internacional Cristina Ouviña.

La base de Zaragoza (29 años y 1,73 metros de altura) se ha convertido en la séptima jugadora taronja para la próxima campaña (y sexta nacional). Una apuesta por la jugadora de nuestro país que tendrá, también, a la recientemente nombrada MVP nacional de esta temporada, Queralt Casas, además de a la capitana Anna Gómez. La alero lituana Laura Juskaite es, hasta ahora, la única internacional confirmada de la plantilla. El entrenador, claro está, es español (Rubén Burgos con Santi Pérez como ayudante).

Pero ahora nos detenemos en Ouviña, un refuerzo de garantías por muchas razones. Sólo hay que ver su última temporada en la Euroliga (8,3 puntos y 5,4 asistencias en 20 minutos en pista por partido) jugando en el Praga checo, candidato a todo en la máxima competición continental. «Prefiero el pase antes de que la canasta. Me gusta ser dura en defensa, darle intensidad al juego y todo con una sonrisa» declara la maña a la web del Valencia Basket, de la que puedes conocer más cosas (si aún no lo sabes) con cinco curiosidades sobre ella.

Los orígenes de Cristina Ouviña

Pero antes de todo, hay que conocer sus inicios. El Club Natación Helios siempre se ha mostrado muy orgulloso de haber sido una parte muy importante de la formación de Cristina Ouviña, que debutó en la temporada 2006-2007 con Stadium de Casablanca. Pero antes, hay más. Basket Lupus fue el primer club en el que tocó la pelota naranja (gracias a sus primas, que también jugaban) en busca de un deporte colectivo tras probar en la gimnasia rítmica en San Juan de Mozarrifar, un pueblo que está a unos 10-15 kilómetros de Zaragoza.

Tras desestimar dicha modalidad deportiva, compaginó el basket durante cuatro años con el atletismo (disputando cuatro Campeonatos de España). Hubo un momento en el que tuvo que elegir y lo hizo por lo colectivo, algo que la playmaker prefería en contra de la dureza del deporte individual. Así poco a poco llegaron los años en el Mann Filter Zaragoza. Un debut que se produjo poco antes del fallecimiento de su abuela, una «madre» para Ouviña y que lleva siempre en el recuerdo.

5 cosas que quizás no sabes de ella

– El bache deportivo más complicado la llegó de joven. Siendo aún júnior, Cristina Ouviña ya había debutado en la Liga Femenina en su tierra. Corría la temporada 2006-2007 y empezaba a despuntar, pero todo se torció de repente. Jugando el Campeonato de España de su categoría con Stadium Casablanca, la base se rompió los ligamentos cruzados y el menisco de su rodilla derecha.

Una grave lesión que sin embargo no le impidió volver al año siguiente habiendo superado ese duro percance y disputar incluso el Europeo Sub-18 con España, una cita que se había perdido justo un año antes por ese complicado momento.

– La mejor base de la primera medalla Mundial de una selección femenina. Antes de que en 2010 comenzara el primero de los tres podios consecutivos en Copas del Mundo que lleva la selección absoluta, España ya había conseguido una medalla mundial. Fue en la cita de Tailandia de 2009 con el combinado Sub-19. Ese conjunto, que tenía a Marta Xargay en sus filas, también contaba con Cristina Ouviña. Y lo hacía con un extraordinario rendimiento.

No en vano, la de Zaragoza fue elegida en el cinco ideal del torneo, como la mejor playmaker del campeonato, promediando 9 puntos, 2,6 rebotes y 2,1 asistencias en 23,4 minutos. Su equipo llegó a la final, en la que cayó con Estados Unidos por 87-71. Eso ocurrió un 2 de agosto. Pero es que poco antes (el día 19 de julio) ya se había colgado una medalla de plata continental jugando con una generación mayor. Fue en el Europeo Sub-20 de Gdynia (Polonia), perdiendo ante Francia la cita por el oro (52-74) pero teniendo España en Ouviña a su mejor jugadora en la final con 17 puntos.

– Por primera vez en España desde 2012. La temporada 2008-2009 fue la última de Cristina Ouviña en nuestro país. Ese curso, jugando con María Pina o Queralt Casas, con las que ahora volverá a compartir vestuario, se salió promediando 8,4 puntos, 5,1 rebotes 3 asistencias, 2 robos y 11,4 de valoración en Casablanca jugando en la Liga Femenina Endesa.

Un espectacular brillo que le abrió las puertas del Wisla de Cracovia polaco, en el que estuvo cuatro años (de 2012 a 2016). El Nadezhda ruso (2016-2017), el Tango Bourges Basket francés (de 2017 a 2019) y esta última temporada en el Praga han sido sus equipos antes de regresar a nuestro país. Lo ha hecho jugando siempre la Euroliga y ganando dos ligas (una en Polonia y otra en Francia) además de una Copa en el país galo.

– El día en el que derribó la puerta con la Selección España. Cristina Ouviña ha estado cinco años sin competir en una competición internacional con el combinado nacional. El Mundial de Tenerife 2018, con el bronce que conquistó el conjunto de Lucas Mondelo, vio regresar a una jugadora que se hizo fija con su gran nivel mundialista y el espectacular Eurobasket que cuajó en plena madurez de su carrera el verano pasado. Pero hay más.

En concreto, un 28 de junio de 2013. Esa fecha, España consiguió la gesta de dejar fuera de la gran final del Eurobasket a la todopoderosa Serbia poniendo miras al segundo oro europeo de su historia. Lo hizo con la inesperada aparición de la base de Zaragoza, que hasta ese momento sólo había jugado 20 minutos en todo el torneo. Sin embargo, en la semi, hizo esto.

19 puntos
4 rebotes
4 asistencias
1 robos
8/10 en tiros de campo (3/3 en triples)

Todo ello en 26 minutos en la cancha. “A nivel individual no esperaba algo así, pero tenía que aprovechar la oportunidad. He podido ayudar al equipo, que es lo que quería”, llegó a decir en palabras que recogió la FEB. Un 88-69 que empezó a vislumbrar todo lo que venía en ese campeonato (y en los años posteriores) y en los que Cristina Ouviña puso una de las primeras piedras sin haber cumplido aún los 23 años.

– El elefante. Detrás de todo gran jugador hay siempre una manía o ritual que le acompaña. Y el de Ouviña es un elefante. Ella misma lo revela, citando a una compañera en su segundo curso en el Wisla a la que la encantaban dichos animales. Pues bien, al terminar esa campaña, a Ouviña esta compañera la regaló un colgante de este majestuoso ser vivo y la contó, en una nota, la suerte que dan los elefantes con la trompa hacia arriba. Desde que lo lleva no parece, ni mucho menos, que le haya ido mal. Veremos qué fortuna le trae en su nueva etapa en el Valencia Basket.

Foto: Valencia Basket

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