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Activismo y compromiso social. Así influyó la WNBA en las elecciones de Georgia y el futuro de EEUU

Activismo y compromiso social. Así influyó la WNBA en las elecciones de Georgia y el futuro de EEUU

Referentes y siempre en primera línea del activismo social. Las jugadoras de la WNBA son más que deportistas. Siempre lo han sido. Las profesionales de la liga fundada en 1997, en su conjunto, han sido pioneras en el compromiso social a través del deporte antes de que este fuera habitual en grandes ligas. Un logro que convirtió las excepciones en la regla: las deportistas que querían mostrar su opinión y cambiar la sociedad ya no estaban solas.

Compuesta por una enriquecedora mezcla de nacionalidades, culturas y orígenes, la competición ha reaccionado en múltiples ocasiones a diversos problemas sociales. Sin embargo, en pocas ocasiones como en 2020 su impacto fue mayor. No solo dedicaron la totalidad de su temporada al Black Lives Matter, convirtiendo los partidos en algo más que baloncesto, sino que han sido determinantes en el porvenir de su país. Esta es la historia de cómo cambiaron la dinámica de unas elecciones que han marcado el futuro del Senado de los Estados Unidos.

Las elecciones de Georgia

Era una jornada más de WNBA. Verano, 4 de octubre y altas horas de la madrugada en España. Todavía lucía el sol en Florida. Las jugadoras llegaban al pabellón y, como de costumbre, las cámaras captaban sus outfits. Un aspecto de gran importancia en 2020, año en el que la WNBAP (asociación de jugadoras) decidió dedicar cada semana de competición a una víctima de la violencia racial y/o policial.

Pero aquella jornada no era una más. Nadie era consciente, pero el futuro de Estados Unidos iba a iniciar un cambio de rumbo debido al gesto simbólico que abrió la tarde. Las Atlanta Dream se presentaron en el pabellón con camisetas de «Vote Warnock», el rival de Kelly Loeffler en las elecciones al Senado de Georgia. Un gesto significativo de por sí al que se unieron el resto de equipos, pero todavía más revelador si nos adentramos en el contexto de la acción: Loeffler es la propietaria de las Atlanta Dream.

Ahora bien, aquello era tan solo un golpe más dentro de un combate iniciado por la política días atrás. Loeffler, en plena campaña, aprovechó los movimientos sociales de la liga para ganar votos. Con el Black Lives Matter en pleno auge, Loeffler criticó en varios medios a la WNBA y cargó contra el BLM y las jugadoras. Incluso envió una carta a Cathy Engelbert, mandamás de la WNBA, solicitando a la liga que se alejara del movimiento. Acciones que se traducían en un destacable aumento en las donaciones a su campaña electoral y, a su vez, en la mecha de la explosión mediática acontecida casi dos semanas más tarde. Viendo que no podían derribar a Loeffler de su puesto en la WNBA, las jugadoras decidieron colaborar para quitarle su poder político. Y el pastor Raphael Warnock las recibió con los brazos abiertos.

Según un interesante informe de The Washington Post, una vez aislado el impacto de las jugadoras de la WNBA, las donaciones de Warnock ascendieron un 20% respecto a la media que trazaba su campaña hasta ese instante y recaudó 40.000 dólares en las siguientes 48 horas. Unas cifras no demasiado destacables si las comparamos con el día en el que, por ejemplo, Obama apoyó a Warnock (el pastor recibió 250.000 dólares, +40%).

Sin embargo, la influencia de los actos de la WNBA llegó de otra manera según TWP. Warnock, en plena caída de su popularidad, vio cómo su imagen era salvada por las jugadoras. Tras descender durante todo junio y julio, el inicio de agosto (recuerdo: el 4 se produjo el acto de las camisetas) marcó un antes y un después. La campaña de Warnock no solo se estabilizó, sino que cambió por completo la dinámica de las encuestas y consiguió mandar a la segunda vuelta las elecciones del Senado en Georgia. Una carrera que ha terminado ganando y, como consecuencia, provocando una variación determinante en el panorama del Senado a nivel nacional.

A pesar de que TWP no puede concretar qué porcentaje del aumento es influencia exclusiva de la WNBA, es evidente que la importancia del acto fue mayúscula en un momento vital para el futuro de Georgia y Estados Unidos. Sin aquellas camisetas y la movilización posterior, nada de esto habría sucedido. Un caso más que añadir a la interminable lista de logros de una comunidad de jugadoras que lleva su compromiso con la sociedad y sus creencias siempre un paso más allá.

Otros casos WNBA

La lucha de Maya Moore

Uno de los mejores ejemplos del activismo y compromiso social de la WNBA. Maya Moore decidió pausar su carrera de manera repentina a pesar de estar destinada a situarse a la altura de las jugadoras más determinantes de todos los tiempos. Una decisión tomada con el objetivo de centrarse en la lucha por la libertad de Jonathan Irons, afroamericano que había pasado los últimos 22 años de su vida en la cárcel.

En 1998, cuando tenía 16 años, Irons fue acusado de robo y asalto a mano armada. Una acusación construida sobre argumentos muy poco sólidos y sin ninguna prueba concluyente. Nadie podía asegurar que había cometido el delito. Y él repetía una y otra vez que era inocente. A pesar de todo, incluido el hecho de que Irons fuera tan solo un adolescente, recayó sobre él una condena de 50 años de cárcel. Toda una vida… hasta que apareció Maya Moore.

Un año y medio después de su retirada temporal en 2019, trabajando en la sombra y presionando en público, Moore consiguió la anulación del juicio. Y, como consecuencia, la liberación de Irons. Un momento en el que el hombre declaró que Maya le había salvado la vida. Sin embargo, el caso no acabó con su liberación: la unión entre ambos acabó en boda.

-El caso de Jakob Blake (2020). En plena temporada, las jugadoras aparecieron con unas impactantes camisetas. Por delante, el nombre del joven fallecido. Por detrás, la simulación de los 7 tiros que recibió por la espalda y que acabaron con su vida.

-Campaña de #SayHerName (2020). Las jugadoras que optaron por jugar, decidieron hacerlo con un propósito mayor. En 2020, cada semana de la WNBA estuvo dedicada a una víctima de la violencia racial y/o policial. Las pantallas mostraban sus nombres, sus historias y las jugadoras se encargaban de difundirlas por RRSS y en la televisión nacional. Una forma de homenajear a víctimas que, tras su fallecimiento, pasaron a ser un número más.

Renuncias a disputar la temporada (2020). Con la muerte de George Floyd reciente y la temporada al caer, no fueron pocas las jugadoras que decidieron no disputar la campaña. ¿La razón? Debido a su compromiso, no podían alejarse de las protestas pacíficas en las calles. «Hay mucho trabajo fuera de la pista», resumió Renee Montgomery. Razón por la que, unida al coronavirus, dejó a la liga sin hasta 14 de sus jugadoras.

-Respuesta a Donald Trump (2017). Con el vendaval mediático de Colin Kaepernick todavía en el día a día, la WNBA al completo decidió apoyar a los jugadores de la NFL que habían hincado su rodilla y estaban siendo criticados por multitud de personas. Incluido Donald Trump, que en su cuenta de Twitter comenzaba a dejar caer su furia sobre los deportistas. En ese contexto, todas las jugadoras decidieron unirse a las protestas durante el himno, hincando sus rodillas también. Una acción que ya habían realizado Mistie Bass and Kelsey Bone en los Playoffs de 2016.

-Los inicios del Black Lives Matter en el deporte (2016). Una realidad totalmente diferente a la que vivimos en la actualidad. En 2016, un tiroteo acabó con la vida de Philando Castile, un hombre negro desarmado. Días después, tres equipos de la WNBA saltaron a la cancha con camisetas que lucían «Black Lives Matter». La WNBA sancionó a todas sus jugadoras (la NBA no lo hizo con los jugadores que se posicionaron en aquellos días). Semanas después, la liga tuvo que cancelar las sanciones ante la presión a la que se vio sometida. Las jugadoras afirmaron que, aunque les multaran, no iban a cambiar su conducta.

-Las Lynx se mantienen firmes. Debido a las revueltas de los últimos días, las jugadoras de Minnesota Lynx decidieron salir con camisetas de «El cambio comienza con nosotras» y «Black lives matter» al calentamiento. Al ver a las jugadoras, varios agentes de seguridad del pabellón se ofendieron y pidieron a las jugadoras que se las quitaran. Ante la negativa de la plantilla, los agentes decidieron abandonar sus puestos y el pabellón aquella noche. La rueda de prensa posterior con Moore y Brunson en el centro de la mesa ya es historia de la liga.


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