Son las 11 de la mañana y el entrenamiento de las New York Liberty está llegando a su fin. Tras una sesión táctica para aclarar conceptos en medio de los Playoffs, todo el equipo se traslada desde la pista central hasta la auxiliar en el Barclays Center. Allí, con los periodistas como testigos, el ambiente es mucho más distendido. El ya clásico concurso de tiros desde el círculo central trae consigo risas y saca a la luz cuentas pendientes entre la plantilla, al mismo tiempo que el staff charla tranquilamente en uno de los fondos.
La rutina es siempre la misma. La actividad va de más a menos, hasta que al término de la sesión, todas las jugadoras solicitadas por la prensa se acercan a un lateral de la cancha. El equipo de ESPN, con la leyenda Rebecca Lobo en sus filas, espera a Sandy Brondello. La primera en acudir a la cita con los medios, seguida por Breanna Stewart, Sabrina Ionescu, Jonquel Jones o Courtney Vandersloot, quienes se reparten entre ESPN, AP, Winsidr, etc. No obstante, en esta ocasión, esperamos hasta el final. Con la cancha practicamente vacía, nuestra protagonista de hoy regresaba desde la rueda de prensa por una puerta lateral. Entre tantas estrellas estadounidenses y locales, una europea que busca hacerse su hueco en la WNBA, Nyara Sabally.
De padrea gambiano y madre alemana, la vida de Nyara ha estado marcada tanto por la convivencia con sus numerosos hermanos como por los cambios de escenario. Sus primeros años de vida transcurrieron en Gambia, no tardaron demasiado en mudarse a Berlín, acabó jugando en Eugene y ahora vive en Nueva York, ciudad en la que nació su hermana mayor Satou. Sus caminos han estado ligados la mayor parte del tiempo, aunque no siempre han podido disfrutarlo juntas en la pista. Eso solo sucedió en Alemania, ya que las lesiones no dieron ni un respiro a Nyara en su compartida estancia en las Oregon Ducks.
Satou Sabally agarra a Nyara en una foto junto a su madre
«Ha sido un viaje maravilloso», comenta Nyara nada más llegar a nuestro encuentro, con una sonrisa que desprende satisfacción. «Lo he soñado siempre y aquí estoy, en mi primer año en los Playoffs. Mis compañeras me han hecho sentirme como en casa, la organización se ha portado muy bien». No es para menos. En un equipo que contaba con Jonquel Jones, Stefanie Dolson, Han Xu, Sika Koné (traspasada posteriormente) e incluso la opción de Breanna Stewart al 5, parecía complicado que la jugadora de nacionalidad alemana pudiera tener un hueco. Medio año más tarde, siendo la tercera en la rotación de pívots, tan solo JJ ha disputado más partidos que ella en dicha posición. «He aprendido mucho de ellas fijándome en cómo entrenan y juegan. Ha sido inspirador», asegura.
El potencial nunca fue puesto en duda, pero la odisea de lesiones soportada hizo tambalearse todo. De ahí que el mérito de conseguir una plaza en Brooklyn sea todavía mayor. Desde su compromiso verbal con Oregon en 2017 hasta su adiós a la universidad en 2022, solo pudo disputar 46 partidos en total. Las franquicias WNBA no necesitaron más para elegirla con el pick #5 del Draft de 2022, aunque su pasado médico todavía estaba muy presente. Su primer año como jugadora profesional, debido a que seguía recuperándose de otra lesión de rodilla, lo vivió como asistente NCAA en Sacramento State gracias a Mark Campbell y Xavi López (asistentes en la etapa de Nyara en Oregon; pareja de técnicos en SC en 2022). Decidió convertir un problema, otro más, en una oportunidad.
Esta última experiencia, al igual que su historial de lesiones, terminaron cambiando su perspectiva dentro y fuera de la cancha. Inmersa en sus primeros Playoffs, lo tiene bien claro: «He aprendido a ir partido a partido, aprendiendo de cada encuentro jugado. En Playoffs tienes que seguir pase lo que pase. Ver vídeos del partido disputado, prepararte y volver a jugar. Repasar el vídeo es muy importante. Eso lo aprendí en mi etapa de asistente».
https://twitter.com/nyliberty/status/1679166839316783104
A las puertas de sus primeras Finales WNBA, una ronda a la que la franquicia no llegaba desde 2002, la menor de las dos Sabally presentes en la WNBA se encuentra lista. Entendió y aceptó su rol desde el principio, conocedora de que sus grandes minutos llegarán este año al otro lado del charco, en Europa. Una vez terminada la competición en octubre, la alemana viajará a Praga, donde se convertirá en otra de las referencias interiores del equipo de Euroliga y volverá a compartir vestuario con Maite Cazorla: «Hay buenas juegadoras en Europa y algunas están viniendo aquí. Siempre lo he dicho, para mí la competición en Europa es de alto estándar. Crecí jugando allí, veo a mis amigas jugar allí, y definitivamente está mejorando todo».
En el Viejo Continente, el baloncesto alemán se encuentra en plena progresión. La Selección Masculina se proclamó campeona del mundo recientemente y la femenina quiere ganarse el derecho a soñar. Clasificadas para el preolímpico, la Federación Alemana de Baloncesto ha conseguido la organización de un grupo en el EuroBasket 2025 y ser anfitriona en el Mundial 2026. Dos citas para las que contarán seguro con jugadoras como Leo Fiebich y Marie Gülich, asentadas en lo más alto de la Liga Femenina Endesa, y en las que ambas hermanas Sabally podrían dar el impulso definitivo. En el caso de Nyara, todo está en marcha: «Estamos hablándolo, sí. Me alejé de la selección durante un tiempo porque entre lesiones no iba a funcionar. Pero es algo que quiero en el futuro. El baloncesto alemán está creciendo y es muy emocionante verlo». Quizá, más pronto que tarde, ella también forme parte del mismo.
Sabally sisters jersey swap ❤️ pic.twitter.com/lWvXz6UqgD
— espnW (@espnW) September 6, 2023
- Compra aquí tu revista de octubre, que incluye la Guía de la Euroliga, Liga Femenina y LEB Oro
- Suscríbete y recibe tu revista Gigantes del Basket cada mes