La WNBA despide a una de las mejores jugadoras que han pisado la competición en sus 26 años. Sylvia Fowles, para muchos la mejor pívot de la historia, disputó anoche sus últimos minutos con las Minnesota Lynx y cuelga las botas como la máxima reboteadora de la historia, siendo la única en superar las 4.000 capturas.
Con una trayectoria dividida entre Chicago y Minnesota, Fowles se fue erigiendo poco a poco en una de las mayores fuerzas de la pintura surgidas en el mundo del baloncesto. Mostrando una asombrosa regularidad, la pívot secó año tras año a las mejores interiores de la WNBA, cosechando 4 premios a mejor defensora de la temporada y estando 7 veces en el mejor quinteto defensivo de la campaña. Además, Fowles acumuló 8 convocatorias al All-Star, 2 títulos WNBA con las Lynx y 2 MVP de las Finales WNBA, las dos que ganó.
Fue allí, en Minnesota, donde dejó una mayor huella. La pívot fue parte clave de los dos anillos que ganó la franquicia con ella en sus filas, formando parte de un quinteto que difícilmente será olvidado junto a Maya Moore, Rebekkah Brunson, Seimone Augustus y Lindsay Whalen.
Ahora, tras casi 15 años, es turno de dar paso a la siguiente etapa de su vida. Esa misma en la que ya ha dejado patente su deseo de trabajar en una funeraria, continuando así con los estudios que comenzó años atrás de ciencias mortuorias.
Sylvia Fowles, una de las mejores jugadoras que ha gestado el baloncesto, dice adiós. Greatness. #ThankYouSylvia pic.twitter.com/S23TVwmhQA
— Luis Vallejo (@Lvallejocolom) August 14, 2022
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