Hay jugadores que, como Carlos Jiménez, a los entrenadores siempre les gusta tener en su equipo. Uno de ellos es Diego Sánchez, alero de 34 años y 1,98 metros de altura, que tras 14 temporadas fuera de Asturias ha vuelto para enfundarse la camiseta del Unión Financiera Asturiana Oviedo y ayudar al equipo a que sea uno de los colíderes de la Adecco Plata.
También ha retornado a una categoría que conoce ya que en 2000-01 la inauguraba en las filas de Linense a las órdenes de Curro Segura. Precisamente Club Baloncesto Guadalajara se fijaba en él para incorporarlo la temporada siguiente. Tras seis partidos en los que promediaba 15,2 puntos y 4 rebotes se acogió al Decreto 1006 para recalar en Tenerife Baloncesto de la liga LEB e iniciar un periplo que le llevaría a conseguir tres ascensos más al que tenía con Gijón: Tenerife, Manresa y Menorca. Ahora se jugará el primer título de la temporada en un Pabellón en el que jugó como local: el Polideportivo San José.
Fran Cárdenas, compañero de equipo formado en la cantera de Cajasol se refería a él como un “máquina, es un profesional de cabo a rabo. Nos aporta muchísimo tanto en defensa como en ataque por su versatilidad tanto de cara como de espaldas al aro y nos transmite su experiencia, saber estar. Es un trabajador nato”.
Muchas de las facetas en las que destaca no se reflejan en las estadísticas. Es el pegamento necesario para que un equipo funcione y en Unión Financiera Asturiana Oviedo lo está demostrando. ¿Sumará un nuevo título a su palmarés?
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