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Silvia Domínguez: “Vamos al Eurobasket de Francia con pies de plomo”

Silvia Domínguez: “Vamos al Eurobasket de Francia con pies de plomo”

Hablamos con ella tras salir de un gimnasio de su localidad, Mongat, y lo primero que nos dice es: “Hace falta recargar pilas. Mongat no tiene nada que ver con Rusia”. Después de una exitosa temporada en el Ekaterinburgo ruso en la que ha ganado un triplete (Copa y Liga rusas y Euroliga Femenina por tercera vez -y- consecutiva), ella no duda en coger fuerzas porque por primera vez ha estado ocho meses muy lejos de su casa rodeada de unas condiciones climatológicas inhóspitas (mucho frío y nieve). A pesar de todo, ella está contenta por la gran familia que ha formado su club y por la oportunidad que se le presenta ahora en mayo y junio. Todo lo contrario que hace un año: desapareció su club (el Ros), tuvo un problema con el visado para jugar con las Seattle Storm en la WNBA y consecuentemente se quedó sin disputar el Pre-Europeo porque había desestimado la opción de ir con la selección.

Gigantes: Vaya temporadón que te has marcado de nuevo…

Domínguez: Cuando los resultados deportivos acompañan es mucho mejor. Ganar la Copa, la Euroliga y la Liga… No se puede pedir más. Tuve una buena adaptación y el club trata muy bien a las jugadoras. Tengo el reto de la temporada que viene al defender los tres títulos en el mismo equipo. Estas dos semanas de postemporada tenía que descansar mentalmente. Cuando estás fuera de España, las temporadas son más duras en el aspecto mental. Ahora estoy haciendo el trabajo físico que me diseñó mi preparadora del Ekaterinburgo porque al final de la campaña no jugué mucho en la Liga Rusa por el tema de los cupos de extranjeras que hay.

G: No sé si habrá muchas jugadoras en la historia que hayan logrado ¡tres Euroligas! De forma consecutiva.

D: Hubo un período con Taurasi en el que el Spartak ganó 4 seguidas. Lo curioso en mi caso es hacerlo con tres equipos diferentes como son Avenida, Ros y Ekaterinburgo. Creo que hasta ahora no había pasado. Ahora mismo es una anécdota porque las circuntancias me han hecho estar en equipos con objetivos muy altos y estoy encantada.

G: ¿Qué debe tener una base que gane tantos títulos? Algo en especial tendrás…

D: A lo largo de los años he evolucionado. He pasado de ser más anotadora a más directora. Intento buscar el equilibrio pero siempre quise mantener mi personalidad y mi forma de jugar y de comunicarme con cualquier jugadora, sea Taurasi o una junior. Intento que mis compañeras se sientan cómodas y tomar buenas decisiones.

G: ¿Qué crees que ha tenido esta plantilla para reconquistar un título que se le resistía al club desde 2003?

D: No he estado en años anteriores en Ekaterinburgo, pero tenía grandes plantillas y no conseguía la dinámica ganadora o la identidad como equipo. El trabajo en el día a día fue muy bueno. Entrené con un estilo más americano e individualizado. Se busca que la gente esté a gusto con el trabajo. Tuvimos mucha gente alrededor del equipo y ningún problema en la plantilla porque hubo buen rollo. No siempre es fácil en un conjunto con tantas nacionalidades. Cuando dentro las cosas van tan bien, se disfruta mucho más.

G: ¿Qué contacto has establecido con los aficionados rusos? Debe de haber costado…

D: Los rusos no hablan mucho inglés y la comunicación es complicada. El último día la gente me dio regalos, detalles, fotos… y a través de la redes sociales me transmitieron que querían que terminase pronto el parón del verano. Me sorprendió porque aunque intentas conectar con la gente la barrera del idioma es complicada y aunque sé algunas palabras en ruso, es muy laborioso utilizarlo. Ya me gustaría hablarlo bien para entablar conversaciones. La gente me sorprendió sobre todo a la hora de marcharme a España por su empatía. Por otra parte, el clima allí es complicado. Hubo un momento en abril en el que dejó de nevar, pero en las dos semanas antes de venir a España aún caía nieve. La mejor temporatura fue 10 grados. No es lo mejor para el estado anímico. Afecta bastante no ver el sol y que haya tanta nieve.

G: Y te espera otra temporada allí…

D: Eso es. Viendo cómo está la cosa en el deporte, Ekaterinburgo tiene una estructura muy buena. El equipo está hecho para ganar. Ahora mismo es el mejor de Europa y poder dirigirlo, sobre todo en la Euroliga, es un lujo.

 

Equilibrios y desequilibrios en el baloncesto femenino

G: ¿Qué te parece el desequilibrio entre clubes tan poderosos como el Ekaterinburgo o el Fenerbahçe y el resto?

D: Es verdad que hay equipos que apuestan por encima de sus posibilidades y eso tiene consecuencias, pero en el Ekaterinburgo no es así. He visto cómo trabaja la empresa y creo que al final tener un equipo tan bueno con este presupuesto es un ‘hobbie’. Es raro que lo hagan en el baloncesto femenino y no en el masculino. No parece que se vaya a acabar esa apuesta. Tiene más presupuesto que muchos equipos masculinos. Creo que es bueno que haya equipos que traten a la mujer deportista como tratarían al hombre deportista. Evidentemente hace que haya diferencias respecto a otros equipos, pero ocurre como en todos los deportes.

G: ¿Has notado especialmente el interés por el baloncesto femenino en toda Europa?

D: Hay canchas de baloncesto femenino en las que la gente se involucra, va y disfruta, pero esto es un tema televisivo. No sabes si la gente está interesada si no se retransmiten los partidos o si no se ve la audiencia. Cuando se retransmite apostando realmente, da resultados. Lo bueno es que en España Teledeporte está apostando por la Liga Femenina. En otros países poco a poco se va haciendo. Esperemos que esto no pare.

G: ¿Notas que FIBA Europa os lleva por el buen camino? Hubo polémica hace una campaña por los uniformes…

D: El tema de los uniformes al fin y al cabo no fue tanto como parecía. Hay unas medidas pero no llegan a ser importantes. Hubo sanciones pero se solventó la situación. La segunda temporada de implantación ha sido mejor que la primera. Siempre se puede hacer más para promocionar el baloncesto femenino, pero hay que hacer más esfuerzos porque para los partidos de chicos la gente ya está interesada y hay que generar ese interés en los de chicas.

G: Incluso hay voces que proponen que se cambien reglas para el baloncesto femenino como bajar la altura de la canasta…

D: Casi todo lo que se escucha son rumores. Por ejemplo, tengo que decir que nos hemos adaptado muy bien a la línea de 6.75. No hay malos porcentajes. Las canastas siempre estuvieron a una altura pero hay que luchar en las mismas condiciones que el baloncesto masculino. No tenemos las mismas características físicas, pero esto es así. A lo mejor en los próximos 20 años las canastas se quedan pequeñitas para los hombres. De todas formas, ahora ya vemos a las chicas machacar el aro.

 

La selección y el reto en Francia

G: ¿Cómo ves la aventura de la selección en el Eurobasket de Francia que empieza el 15 de junio?

D: Arrancaremos la concentración el 14 de mayo. Después de lo que nos pasó en el Eurobasket de 2011 con la decepción que vivimos, vamos con pies de plomo. Ya he hablado con varias de mis compañeras y todo el mundo tiene muchas ganas de volver a estar en la selección para escalar a las posiciones altas. Hay equipos que tienen más favoritismo y tenemos que trabajar muy duro ahora para poder estar muy arriba.

G: ¿Os ha beneficiado el hecho de que muchas internacionales hayáis competido fuera de España?

D: No lo sé. Ha habido muchas jóvenes que han estado en la Euroliga por primera vez y eso da mucha madurez porque hace competir contra grandes jugadoras españolas y americanas. Es un reto y enfrentarse a las mejores es un paso más. Ir a un Europeo y saber qué rivales te encontrarás es importante.

G: Ya que no puedes ir a la WNBA por comprometerte con la selección, ¿vas a aparcar durante muchos años el sueño de conquistar también la WNBA?

D: Me conformaría con vivir la experiencia de estar en un equipo con opciones de ganar. Ahora mismo es muy difícil compaginarlo por coincidir temporalmente la selección y la WNBA. Si algún año surgiese la oportunidad me gustaría probar para ver qué se mueve alrededor de una franquicia con pabellones de 20.000 personas y cómo es jugar tres partidos a la semana. 

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