Si la pasada semana era un despiste y un error arbitral en el Lleida-Navarra, la imagen de esta jornada en la Adecco Oro se produjo el pasado viernes en la cancha del Melilla Baloncesto.
El Melilla Baloncesto gana 72 a 67. Sergi Pino comete pasos y el entrenador visitante, Aleix Duran, a la desesperada, pide tiempo muerto para quemar los últimos cartuchos, dar instrucciones y tratar de forzar la prórroga o una victoria in extremis. Quedan 22 segundos y 9 décimas.
Al estar dentro de los dos últimos minutos de partido, el F.C. Barcelona sacará desde su propio campo de ataque. El sueco ‘Ludde’ Hakanson, de 17 años, se va a la banda para recibir el balón. Uno de los espectadores situados en la primera fila de la banda le da una colleja.
El base no se da cuenta pero el espectador insiste y Hakanson se da la vuelta e incluso protesta al árbitro principal, Ángel de Lucas de Lucas. Nadie hace nada y Ludovig, segundo máximo anotador del Barça con 17 puntos, saca.
Los 22 segundos y 9 décimas finales se disputan con total normalidad y el Melilla acaba venciendo 74-67.
Por suerte, el sueco Hakanson rechazó responder, pero alguien debería castigar este tipo de comportamientos para que no se repitan.
