El Lenovo Tenerife ha conseguido sellar su billete a la Final de la BCL al vencer al Hapoel Holon por 71-78 en el primer encuentro de la Final Four que se está disputando desde este viernes en Bilbao. En un ajustado duelo en Miribilla, los de Txus Vidorreta han certificado el pase a la que será su tercera final de la competición. Marcelinho Huertas, con 17 puntos, fue el máximo anotador del equipo canario, apoyado por los 14 de Shermadini. Joe Ragland, con 22 fue el máximo artillero del conjunto israelí.
La primera semifinal de la Final Four, en tres claves:
Marcelinho y Shermadini. Shermadini y Marcelinho. Las dos estrellas que siempre brillan cuando más lo necesita Lenovo Tenerife. La solución perfecta a cualquier problema o contratiempo. Cuanto más se entonaba el rival, más letales eran ellos con su ya legendario pick&roll. Fue el plan y la emergencia ante el empuje de Ragland y el crecimiento anímico de un Hapoel Holon arengado por un millar de espectadores en el Bilbao Arena. 17 puntos y 9 asistencias para el base. 14 y 7 rebotes para el pívot. La fórmula del éxito sigue teniendo una maravillosa vigencia. Y los tinerfeños ya sueñan con su segundo título en la Basketball Champions League.
Huertas y Shermadini
Shermadini y HuertasLa de tooooooda la vida @CB1939Canarias @BasketballCL pic.twitter.com/SrvFnzczvf
— Gigantes del Basket (@GIGANTESbasket) May 6, 2022
Joe Ragland y Adam Smith: día y noche. Sabía Goodes que, ante un coloso como Lenovo Tenerife, iba a necesitar todas sus armas. Y bien afinadas. Ragland fue el motor que mantuvo con energía a Hapoel Holon, pero los hebreos nunca encontraron su turbo. Ni McGee (1/7) ni el siempre fiable Smith (4p con 2/8) aparecieron. Apenas los picotazos desde el triple del tirador Rafi Menco (15p y 4 aciertos). Demasiada poca producción para secundar a un astro que brilló en soledad y acabó sin oxígeno.
El control de los pequeños detalles del sabio Lenovo Tenerife. En los últimos dos minutos, el equipo de Txus Vidorreta demostró su dominio del escenario. Lecturas inteligentes del juego, además de recuperar el control de una pintura que cambió de dueño en la segunda mitad gracias a la energía de Michale Kyser. Sin embargo, el ímpetu le acabó jugando una mala pasada a los de Goodes. Una penetración casi imposible de Tyrus McGee y la posterior falta del escolta sobre Wiltjer en un cambio defensivo dejaron a los israelíes en una situación muy complicada. Y más contra un grupo que domina este tipo de finales como pocos. Doornekamp y Shermadini se encargaron de cerrar el rebote defensivo y sellar el billete a la tercera final del equipo aurinegro. ¿Nervios? Esa es una palabra que Tenerife desconoce.
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