Es una de las grandes estrellas y atracciones del Real Madrid, pero hay mucho que hablar que él que únicamente sus enormes cualidades como jugador. El pasado verano, el Jr Camp Gigantes Basket Lover celebrado en el colegio San José del Parque contó con la visita del gigante, ex NBA, Walter Tavares. Un día inolvidable para todos los participantes, que sin duda vivieron anécdotas dignas de recordar con el caboverdiano y que fueron partícipes de un gesto maravilloso entre todos: enviar los balones del Campus a Cabo Verde, al pueblo natural del gigante.
Evidentemente, su visita fue la que desató más emoción y curiosidad de los campers. El center de 2,20 de altura, eso sí, no se esperaba lo que iba a vivir en su llegada. Y es que fue recibido por una Haka (danza tribal maorí) por lo integrantes del evento y que finalizó con los chavales cayendo al suelo en plan dominó hasta que el pívot madridista hundió una pelota en el aro con un mate. ¡La jugada salió redonda! (incluso el programa Jugones de la Sexta se hizo eco de la noticia).
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Muchas gracias por la bienvenida y por todo @gigantesjrcamp ❤️❤️🙌🏾🙌🏾🇨🇻
Tras ese gran momento, el mejor defensor de la Euroliga 2018-2019 accedió a una entrevista en grupo y ofreció detalles curiosos. Sí, la primera pregunta fue sobre su número de pie. ¿Un 54? A todos se les quedó la boca abierta. En esa charla, Tavares quiso enfatizar la importancia que tiene para él poder ayudar a su país, especialmente a los jóvenes. Su objetivo es que todos sean conscientes de que los sueños se cumplen. Y ahí está su historia para demostrarlo: le reclutaron con 17 años de manera inesperada en su tierra para hacerle jugador de baloncesto.
La jornada transcurrió con una visita por las instalaciones del Jr Camp de Tavares. Mientras, transmitió su ilusión con el Campus que él ha organizado en Cabo Verde. Destacó que no hay demasiada infraestructura, pero se ha involucrado para que la situación mejore poco a poco y más niños tengan posibilidad de disfrutar en su país del deporte que el pívot ama. Así lo intenta sacar adelante:
Con motivo de dicho Campus, Gigantes quiso también aportar su granito de arena. Tradicionalmente, los balones usados en el Jr. Camp se regalan a los participantes. Pero en esta ocasión, Gigantes optó por donarlos y enviarlos a Cabo Verde para los próximos compromisos de Tavares en su pueblo natal. Una noticia recibida con una gran ovación el día final de la fiesta de las familias cuando se realizaba la entrega de trofeos. Un tiempo después, y ya con los balones en dicho lugar, fuimos felices de ver estas imágenes:
Pero volvamos a Tavares y el día que compartió con nosotros. Todos querían acercarse a él. Su altura impresiona, pero el gigante africano dio bola a todos los niños: jugaba con ellos, los defendía y, por supuesto, les ponía sus tan esperadas chapas. También atendió con la mejor disposición posible las numerosas peticiones de autógrafos y selfies. ¡Todos miraban hacia arriba! Una jornada inolvidable para nosotros y para el propio Tavares: Cabo Verde es hoy un poco más feliz también gracias a Gigantes.
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