Los brazos al cielo, sacando músculo y sabiendo que esa canasta era la definitiva, la ganadora. Marta Morales se encargó de poner una bandeja con mucha garra, y algo de fortuna, para sentenciar el choque en favor de Andalucía.
La contienda fue muy igualada con un juego muy físico en el que nadie daba un respiro. Todas las jugadoras estaban lo suficientemente motivadas como para no parar de subir y bajar la pista. Las defensas eran agobiantes y cada canasta era un verdadero trofeo.
La igualdad reinaba y en el marcador se iban alternando los equipos al mando. Las catalanas buscaban más las penetraciones y el juego al poste, mientras que Andalucía, comandada por Andrea Gutiérrez y Marta Morales, se encargaba de poner un poco más el balón en el perímetro, al menos para sacar ventaja con el pase. 30-31 para Andalucía al descanso.
La acumulación de faltas propició que Andrea se fuese al banquillo durante buena parte del tercer parcial, lo que permitió ver a Morales como directora de orquesta. Con su tamaño puede engañar, pero es fabulosa subiendo la pelota. Jugando mucho con el pick & roll y bloqueos ciegos se encargó de encontrar un método rápido y efectivo de anotar que permitió ver por delante a Andalucía e, incluso, ya metidos en el último cuarto, abrir una brecha importante que sería definitiva.
Las del sur lograban coger bastante aire y, con ello, dejar casi finiquitado el encuentro. Las del norte remaron al final con mucho convencimiento pero sin resultado, pues la historia tenía escrito su final y lo tenía con acento andaluz. 62-69 en su favor y a disfrutar del oro.
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