Ya tenemos final de la Minicopa Endesa 2019 y así han llegado los dos equipos a la cita
Real Madrid 72-60 Barcelona Lassa
Mucha gente hubiese dado por sentado que el clásico se vería en la gran final celebrada en el WiZink Center, pero se equivocaban. Tras una derrota del conjunto blaugrana en la última jornada de la fase de grupos, las semifinales en el Magariños albergaron, a primera hora del sábado, un duelo trepidante entre dos de las canteras más emblemáticas de España.
El equipo blanco partía como claro favorito debido a su superioridad en el apartado físico, pero los de la ciudad condal saltaron a la cancha decididos y confiando en el plan trazado. Necesitaban apretar en defensa y jugar muy físico atrás, sin olvidar mover el balón rápido en ataque, y lo cierto es que lo consiguieron. Arriesgaron y fueron al límite, pero les fue bien y, en la primera mitad, contuvieron el arsenal madrileño para dejar el marcador en 33-29 al descanso.
Ya en el tercer cuarto el Barcelona empezó a cometer demasiadas faltas y, desde el entrenador hasta el banquillo, empezaron a desquiciarse, lo que provocó una ventaja del Real Madrid que fue tomando aire y rompiendo por el centro en ataque para penetrar en la zona catalana como cuchillo en mantequilla. +20 al final del tercer parcial y el Real Madrid que sentenciaba el encuentro antes del cuarto y definitivo. Un poco de maquillaje estadístico y el luminoso que indicaba 72-60 con la bocina final.
Iberostar Canarias 81-72 Valencia Basket
Conociendo ya a su posible rival en la gran final, los dos equipos de la segunda semifinal saltaron al parqué con la intención de hacerse con el último billete para la cita en el WiZink Center (Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid).
La primera parte fue igualada, con Valencia haciendo los deberes en defensa y limitando la diferencia de centímetros por dentro. La tarea era complicada, pero bajaron su ritmo habitual en la ofensiva para buscar más el ataque en estático y eso les permitió detener las contras del equipo isleño.
Sin embargo, en la segunda parte la historia cambió. Valencia quiso ir a por el partido con mayor entusiasmo, y lo acabó pagando caro. Los tiros no entraban y los rebotes eran para un Bagayoko que miraba a su compañeros y lanzaba pases más propios de fútbol americano. Iberostar estaba desatado y fue cogiendo ventaja a base de transiciones rápidas y bandejas fáciles. Los canarios se hicieron con el control del partido y terminaron por ganarse un hueco en la gran final con un marcador de 81-72.
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