Los dos líderes del Grupo A, Real Madrid y Valencia Basket, se medían frente a frente para jugarse el último billete correspondiente a la final del domingo, una final donde les esperaba el Iberostar Canarias.
La historia tenía como gran favorito al Real Madrid, y los blancos, jugando de negro, cumplieron con ella. Su cuento con las finales en categorías inferiores sigue ampliándose. Su superioridad a lo largo de toda la fase de grupos ha sido evidente e, incluso, descarada. Los de la capital venían de endosar importantes palizas a sus dos rivales anteriores y desde el primer parcial ya se vislumbraba un final parecido ante Valencia Basket.
Con Juan Núñez y Urban Klavzar a los mandos, los chicos de Miguel Ángel López Palacios pusieron la directa desde el primer minuto. Querían pasar por encima de los taronjas y la mejor manera que tenían para ello consistía en no parar de presionar y correr. Nada de ponerle freno. A todo tren y 20-48 a su favor al descanso. Fácil y sin forzar la máquina.
A la vuelta, más de lo mismo. La apisonadora de la castellana no dejó de apretar los dientes y aumentar la brecha. Las transiciones eran cada vez más directas hacia el aro y Jesús Seoane (Entrenador Valencia Basket) no acertaba con la tecla desde el banquillo para detener la hemorragia. Casi imposible frenar al Madrid en estado de gracia.
Teniendo en cuenta estos ingredientes, y un magnífico estado de forma de todos sus componentes, el Real Madrid acabó por, no solo ganar el choque con claridad, si no también avisar a su rival del domingo en la final, el Iberostar Canarias, de su enorme peligro en todas las facetas del juego. El resultado final fue de 45 a 83 en favor del Real Madrid
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