Amor por el deporte, y muchos otros valores, demostró Laura Quevedo en la Final del Europeo Sub-20 que jugó España frente a Italia.
La madrileña se formó en las categorías inferiores del Coslada, y después paso por los madrileños Canoe y Rivas. Después, tras su experiencia en NCAA, llegó Star Uni Center Ferrol antes de fichar por el Perfumerías Avenida. demostró su enorme grado de competitividad.
Situaros: minuto 4 del partido contra Italia, y Quevedo, proclive a torcerse los tobillos, sufre un esguince. El grado de dolor es tan grande que no puede continuar en la pista. Inmovilizada con hielo, sufre desde el banquillo mientras España se escapa en primer lugar y luego intenta mantener el acoso italiano.
A falta de dos minutos para el final, y con el partido en su momento más caliente, María Conde, una de las mejores jugadoras de España en la Final, se lesiona. Como las historias que siempre se han escuchado del Cid Campeador, Quevedo regresa a la batalla.
En el campo colabora en el agónico triunfo español por 71-69 que da a las españolas su cuarto Europeo seguido.
La actual jugadora del Perfumerías Avenida transmitió a la FEB como se desarrolló la historia tras su lesión: «Me suelo torcer los tobillos con facilidad pero no como hoy. Poco a poco se me fue pasando el dolor y el equipo me necesitaba. Así que se lo dije a José Ignacio”.
La alero (1,85 metros; 20 años) elegida en el quinteto ideal del torneo, dejó clara la grandeza de su equipo: “Mis compañeras son las mejores, y también necesitaban que las empujásemos desde el banquillo».
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