Algún día tenía que llegar la derrota de la cantera madridista tras 35 partidos y 8 años de imbatibilidad en un torneo que alcanza ya las 17 ediciones disputadas. El rendimiento de los chicos dirigidos por Jorge Manzano fue excepcional durante todo el torneo, y sólo la inexperiencia de vivir choques igualados durante el torneo (ganaron sus cuatro primeros duelos por 22 puntos de diferencia) pudo quizás privarlos de seguir ampliando la ventaja en lo que a la Minicopa Endesa conseguidas se refiere.
A la octava Minicopa Endesa seguida… el Madrid pierde
Los blancos, tal vez, no tenían en Málaga estrellas como Juan Núñez, Kareem Queeley, Usman Garuba o Luka Doncic, MVPs en años anteriores y que han llegado o están en proceso de llegar a la ACB, pero basaron su poder en su extraordinaria fuerza de conjunto. Con el mediático base argentino Francisco Zustovich (capaz de anotar 78 puntos en un partido en su país), entre sus filas como invitado (además de Jaume Amengual jugador del Pollença, que también fue convidado por el cuadro blanco) y seis jugadores por encima del 1.85 de altura, la cantera blanca dominó los encuentros gracias a su talento individual para el 1×1 (bestiales Zustovich y Hugo González) y su superioridad en los aros.
En sus cinco encuentros disputados, el subcampeón del torneo tuvo un +18,8 en el capítulo reboteador, muestra clara de su principal fuente de dominio ya en la fase regular ante Coosur Real Betis, Cenor Obradoiro y Unicaja Andalucía. El Valencia Basket entrenado por Paco Llorens tampoco pudo oponer resistencia en semis (8458), antes de que el cuadro culé se llevara el clásico en una preciosa final llena de deportividad.
Nombres propios
Además, en el cinco ideal del torneo por parte de los blancos estuvo Hugo González, que ya brilló un par de años atrás en el conocido torneo Mini de la Roda. En el roster blanco, además, había genes de baloncesto. Tanto Aksel Laso (base) como Pedro Robles (escolta) estuvieron entre los doce jugadores elegidos para la cita. Sus apellidos te sonarán. El primero, hijo del ya mítico entrenador Pablo, que no deja de hacer historia con los mayores. Por su parte, Pedro lleva el mismo nombre que su padre, jugador durante más de una década de la Liga Endesa como una gran reputación como tirador.
Foto: ACB Photo
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