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«Un trío arbitral femenino era cuestión de tiempo» #FBM

«Un trío arbitral femenino era cuestión de tiempo» #FBM

Las madrileñas Asunción Langa y Sara Peláez formarán parte, junto a la gallega Laura Piñeiro, del primer trío arbitral exclusivamente femenino del baloncesto español

Será el domingo 16 de diciembre en el Spar Citylift Girona-Perfumerías Avenida, uno de los duelos estrella de la Liga Dia. Solo dos días después, otras tres mujeres (Yasmina Alcaraz, Paula Lema y Elena Espiau) dirigirán el CBC Valladolid-Tau Castelló de LEB Oro. Peláez y Langa asumen la cita con normalidad. Como un partido más de baloncesto, un paso más en un camino que «se hace andando».

Sara Peláez: La parte histórica es real, pero hay que relativizarla… Es histórico porque acabamos de entrar en el arbitraje a tres, y hay tres mujeres en un partido, pero hay que tener en cuenta que en el arbitraje a dos eso ya ha pasado muchas veces. Es histórico sí, pero iba a suceder tarde o temprano. Era cuestión de tiempo.

Asun Langa: Acabamos de meter el arbitraje a tres en Liga Femenina y LEB Oro, y es muy llamativo que ahora, de repente, tengamos tres mujeres, pero, como dice Sara, ya hemos tenido dos. Tener tres solo supone que la gente vea que tres mujeres somos perfectamente capaces de dirigir un partido tanto femenino como masculino.

Un paso más hacia la normalización..

AL: Efectivamente… Esta designación puede llamar la atención, pero es un partido más de baloncesto, un partido más de liga y no tiene por qué tener una complejidad mayor.

La designación ha tenido un destacado impacto mediático, ¿a vosotras os sorprendió?

AL: Cuando estuvimos en el Open Day [13 y 14 de octubre en Torrejón de Ardoz] ya se hizo un guiño a que este año se iba a ver por primera vez un arbitraje de tres chicas. Más que sorprenderme, la designación me alegró y, sobre todo, ver que después había otra designación de tres chicas en un partido de LEB Oro.

SP: La sorpresa fue relativa porque sabíamos que esto iba a suceder a lo largo de la temporada en algún momento. Alegría sí, por el hecho de estar en ese partido, por ser parte de un trío arbitral en el que confían plenamente porque las personas que estamos en cada partido tenemos el nivel técnico necesario para sacarlo adelante.

Pocos días antes se produjeron las polémicas declaraciones del presidente del Iberojet Palma contra ti, Sara, y contra vuestra compañera Eva Areste. ¿Esos casos ya son excepciones, casos aislados, o siguen sucediendo de forma habitual?

SP: Es evidente que el machismo existe en esta sociedad, pero también es verdad que cada vez menos. Para mí queda en algo anecdótico. Hay que hacer saber que no es lo correcto, que debe ser penalizado, pero tampoco le doy más importancia ni me afecta. Tampoco quiero darle más repercusión que la que tuvo en su momento.

AL: Sí, pero es importante que estas cosas se visibilicen y se penalicen, porque, si se pasan por alto, al final siguen sucediendo. Aunque sea algo anecdótico, que un señor diga un comentario desafortunado, me parece muy bien que se penalice para darle la importancia que tiene y no permitir que el resto lo siga haciendo.

Acabáis de contar vuestras experiencias a 16 árbitras de la Federación de Baloncesto de Madrid, ¿qué echa para atrás a una mujer a la hora de dedicarse al arbitraje?

AL: Quizá la situación personal o la edad que tengas. Yo empecé muy joven y es verdad que entré porque lo hacía con una amiga. Si no, no me hubiese planteado arbitrar. Es verdad que las chicas con las que hemos estado son mucho más maduras y la mentalidad ha cambiado. Tienen sus referentes y saben que son igual de capaces que un hombre. Eso ha cambiado, ahora somos más y es más fácil que las mujeres se apunten.

SP: El número de mujeres es menor en el arbitraje, pero también en las licencias de jugadoras de baloncesto, de jugadoras de fútbol, de deportistas en general… Es una extensión del mundo deportivo. Para mí no supuso un gran problema ser la única mujer ni nunca lo ha supuesto. Nunca me he parado a pensar si era diferente a mis compañeros, y eso podía ser un hándicap. Lo he tomado con naturalidad.

AL: A mí no me costó ser árbitro por el hecho de ser mujer, pero sí entiendo que, cuando yo hice el curso, no se apuntaran por ser menos, por ser muy pocas.

¿Cómo se pueden quitar esos reparos, animar a las mujeres a entrar en este mundo?

SP: La solución pasa por la sociedad entera. Insisto en que esto no es más que la extensión de la sociedad en la que vivimos, en la que el acceso de las mujeres al deporte es minoritario. Pasa por mejorar el tratamiento de los medios de comunicación en referencia a las mujeres y a sus logros deportivos, fomentar el deporte femenino, generar nuevos referentes, etc… Es un trabajo que, afortunadamente, se está haciendo en toda la sociedad en conjunto, y el camino que llevamos es el adecuado. Tampoco podemos tener prisa. El camino se hace andando, poco a poco y con paciencia.

Hablemos de referentes… En España, solo tres mujeres han dirigido partidos de la máxima categoría masculina, Pilar Landeira, Anna Cardús y Esperanza Mendoza, y nunca han coincidido más de una en la misma temporada.

SP: Esto lo hemos hablado Asun y yo alguna vez. No podemos descontextualizar. Tenemos que ver el porcentaje de mujeres que hay en la base y las que hay en la élite, y la realidad es que no distan tanto. El trabajo parte de la base. No nos volvamos locos sacando números y trabajemos desde la base, que es desde donde hay que construir la pirámide.

AL: Es verdad que llega un momento, por ejemplo al llegar a la universidad, en que las mujeres nos dedicamos más a otras cosas… o hacen que nos dediquemos más a otras cosas, que dejemos el baloncesto o el arbitraje, y nos dediquemos solo a estudiar. Y eso con los hombres no suele pasar.

¿Es un problema de cultura deportiva, de la sociedad?

SP: La sociedad en que nos movemos viene de que un día se empezó a hacer algo, se tomó como norma, la norma se convirtió en tradición y la tradición se instaló en la sociedad…. Si queremos cambiar algo, tenemos que empezar por el principio y tener paciencia. No quiere decir que estemos haciendo las cosas mal. Todo lo contrario, se están haciendo muy bien, pero no queramos correr. Estamos en una época de cambio y el cambio es lento, la transición va a continuar y todavía continuará años.

AL: El objetivo es que consigan llegar a la élite o a categorías altas todas aquellas que estén preparadas. Esto no consiste en hacer muchos cursos, que vengan muchas mujeres y todas para arriba… Consiste en tener muchas y que vayan subiendo las mejores, las más capacitadas. El problema es que, hasta ahora, la base ha sido pequeña y han llegado muy pocas. Como decía Sara, es una pirámide y hay que trabajar muy bien desde abajo.

¿A la hora de dirigir un partido hay alguna diferencia entre ser hombre o mujer?

AL: No. Es cuestión de personalidad. Yo tengo una forma de trabajar los partidos y de dirigirlos, mi compañero en un partido puede tener otra y Sara otra diferente, aunque ella y yo seamos mujeres.

SP: Totalmente de acuerdo. Yo no detecto ninguna diferencia relativa al género, sino más bien a las personalidades que nos podemos encontrar dentro de un colectivo.

¿Qué satisfacciones os da el arbitraje?

SP: El baloncesto como deporte, ya no solo por el arbitraje, es mi pasión. Es un cúmulo de sensaciones, de emociones positivas, de vivencias, de enriquecimiento personal. Es uno de los pilares fundamentales de mi vida, una de esas patas que, si la quitas, la casa tiembla.

AL: El arbitraje forma parte de mi vida desde hace 18 años. No sabría vivir no solo sin arbitrar, sino sin todo lo que rodea el baloncesto: los compañeros, los amigos… Es mi motor, lo que me motiva

Y eso que , como habéis comentado en la charla, os quita mucho tiempo…

SP: Es el típico hobby que o te apasiona o no lo haces…Te tiene que gustar mucho. Yo me dedico también a trabajar con personas con discapacidad y es otro ámbito en el que sucede lo mismo, o te apasiona o lo dejas. Hay veces que duele, que cuesta y también otras en las que piensas que es maravilloso. Es verdad que el arbitraje quita mucho tiempo y hay que saber gestionarlo de cara a la familia.

AL: Al final es algo que te gusta tanto y quieres hacer tan bien, quieres seguir mejorando, que le tienes que dedicar mucho tiempo. La gente que está fuera de este mundo no entiende cómo gastamos tanto tiempo. De hecho, desde que volví de vacaciones, a finales de agosto, solo he tenido un fin de semana libre. Pero sarna con gusto no pica.

Para acabar, ¿Habrá alguna vez un trío arbitral femenino en ACB?

SP: Yo no lo veré, no creo que lo vea. Es cuestión de tiempo y el camino se hace andando. ¿Puede llegar a suceder? Sin duda, pero…

AL: Yo creo que sí lo voy a ver, desde el sofá y ya ancianita (risas). Ya en serio, lo que sí creo es que vamos a ver más de una mujer en ACB. Dos, tres, las que se lo merezcan y estén capacitadas.

Texto y foto: FBM

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