De dirigir los partidos sobre la pista, a hacerlo en los banquillos. Jason Kidd es uno de los numerosos ejemplos de jugadores que, tras acabar su carrera profesional, comenzaban la de entrenadores. La ex estrella de la NBA, uno de los mejores bases de las últimas dos décadas, es actualmente el técnico de los Milwaukee Bucks.
Tras su retirada en 2013, comenzaba su etapa en los banquillos en los Nets, a los que dirigía el curso 13/14. El verano de 2014 llegaba a Milwaukee, franquicia a la que dirige en la actualidad. El entrenador pasaba por las cámaras de la Jr. NBA para mandar un mensaje a los técnicos más jóvenes, plasmando en el mismo su todavía corta experiencia y de aprendizaje al cargo de un equipo. Lee con atención.
«El primer consejo para los entrenadores que tengo es sé paciente, diviértete y sé tú mismo. Cuando tienes la oportunidad de entrenar a cualquier edad, quieres hacerlo con energía. Después de eso, quieres hacerte entender. Mucha gente habla de hacerlo simple, pero a veces no entendemos lo que es simple, así que lo que a mí me han dicho es que hay hacerlo entendible. Que los chicos lo puedan digerir y devolverte esa energía. No se trata de siempre gritar o elogiar, sino de ser consistente. El baloncesto va de errores, buenas jugadas, jugadas normales y malas jugadas deberían ser dirigidas de la misma manera. Un fallo, una pérdida, volver y animar a tu jugador para que lo haga mejor. Ganar o perder se ocupan de sí mismos, pero ser capaz de desarrollar fundamentos de pase, tiro, juego de pies es la clave del éxito».
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