La habitual apuesta del Iberostar Tenerife por los lanzamientos exteriores les hundió en el momento más inoportuno, con un título en juego. Ese 5/37 triples, ¡fallando los 14 primeros!, fue una losa letal. Virtus Bolonia, en su regreso a competiciones europeas diez años después, se corona campeón de la Basketball Champions League (73-61). Kevin Punter fue nombrado MVP con 26 puntos anotados en el partido decisivo.
El primer plan de la tarde no funcionó. Vidorreta apostó por el alemán Staiger como defensor de Kevin Punter, el gran artillero de los italianos. Y el ‘otro Kevin’ acribilló el aro canario con tres triples en otros tantos minutos iniciales (13-2, entradas de White y Gillet). El pívot francés MBaye tomó el relevo anotador y con otros nueve puntos propulsó a la V al 20-8 del primer cuarto, máxima brecha hasta entonces. A los seis minutos, Mario Chalmers y Aradori entraron al unísono para explotar su experiencia. Los aurinegros ya habían cambiado su quinteto a los ocho minutos, pero su gran problema eran sus atenazadas muñecas: 3/16 tiros de campo en esos diez primeros minutos. A remar.
En el segundo cuarto, la sensación de zozobra aumentó: 32-14. Punter (Brussino pasó a ser su defensor) y MBaye siguieron siendo los faros de un equipo hipermotivado y que mordía cada posesión. Djordjevic ha logrado que cada jugador disfrute de su rol. Mientras, el Iberostar Tenerife se estrellaba una y otra vez con el hierro. Los laguneros erraron sus 14 primeros triples y necesitaron 19 minutos y siete lanzadores hasta Gillet rompió esa nefasta racha: 37-24. No hay que olvidar que en 29 jornadas de Liga Endesa, los canarios han lanzado más desde fuera del arco (870, con un 38% de acierto lanzando 30 por partido) que de dentro (862). Sin triples, abocados al drama. Pero pese a todo (8/32 tiros de campo), el 38-24 del descanso dejaba un resquicio abierto a la esperanza…
… que pareció cerrarse de golpe en el primer minuto de la reanudación: triple de Punter con adicional por falta de Brussino (doloroso capicúa 42-24) y cuarta personal del argentino en la siguiente jugada. Había que optar por el plan C: San Miguel sobre Punter, la pesadilla aurinegra. Y triple del norteamericano (45-27). La dinámica era pésima, pero cuando peor pintaba la situación tres canastas con adicional (Beirán, Abromaitis y White, éste con el segundo triple tinerfeño 2/20) recuperó el ánimo canario (48-39, minuto 25). «Sí se puede, sí se puede», se desgañitaban desde la grada. La Virtus mantuvo el temple y se llegó al fin del tercer cuarto con 58-44 (… y 3/25 triples del Iberostar).
Pese al sombrío panorama, los tinerfeños no cesaron en su empeño. Un par de triples (Abromaitis y Bassas) les situaban a diez a ocho minutos del final (60-50). Rebajada esa psicológica renta (62-54), Djordjevic tuvo que pedir tiempo muerto a 4:24 del final. En plena remontada, llegó la polémica de la final: falta en ataque de San Miguel con técnica al base que significaba su eliminación. De poder ponerse a cinco, a estar a ocho tras el tiro libre de Aradori (65-57). El empuje aurinegro alcanzó hasta un 65-59 a 1:37 tras rebote ofensivo de Beirán y entrando ya en el último minuto Gillet falló un triple para colocarse a cinco. Punter apuntilló el triunfo boloñés. A triple mato… a triple muero.