La Champions, si una cosa tiene es que es imprevisible. El Montakit Fuenlabrada bien lo sabe, y experimentó esa sensación de no saber que te puede deparar el encuentro en un choque loco y muy disputado con final feliz para los madrileños.
El Dijon francés no es el mejor equipo que se pueda ver en la competición, lo que no evitó que supusiera un muro realmente complicado de tumbar para el Fuenlabrada. En casa, ante su gente y en ese pabellón casi lúgubre, los del país vecino se hicieron fuertes y pusieron en aprietos al Montakit.
Pocos errores los que cometieron los locales, aunque en conceder segundas oportunidades no estuvieron muy acertados y dejaron más de una para los madrileños. Sin embargo, pelearon y pelearon hasta que, poco antes del descanso, entre la defensa intensa de nombres como Rupnik, el manejo de Cruz o la capacidad anotadora de Marc García, poniendo la puntilla con un triple sobre la bocina, los de la capital española se fueron con un +9 al descanso. 37-46 y a preparar los dos asaltos finales.
Todo parecía de cara para ellos, pero los franceses fueron de más a menos. Incluso, un apretón final tremendo llevó a los de casa a las puertas de la victoria. Los últimos minutos y segundos fueron de auténtico infarto. Apretaba la grada, apretaba el rival, pero Fuenlabrada aguantó.
Zanna, con dos tiros libres de los que solo pudo convertir uno, ponía el +2 para Montakit a falta de escasos segundos, sin embargo, habría un tiro más en el partido. Antes de la bocina final, Robert Arnold se elevó desde el triple para intentar dar la victoria a los suyos, pero no estuvo acertado. Los de Madrid sufrieron, pero se vuelven a casa con las maletas y un triunfo bajo el brazo.