EUROCUPEstás viendo//La paradoja de Alen Omic: dos gestos de deportividad... y acaba expulsado (Vídeos)
La paradoja de Alen Omic: dos gestos de deportividad… y acaba expulsado (Vídeos)

La paradoja de Alen Omic: dos gestos de deportividad… y acaba expulsado (Vídeos)

«Cuando nos dijeron que nuestro hombre grande se marchaba al vestuario cambiamos el carácter, lo dimos todo, y merecimos ganar». Tras conquistar la final de la Eurocup, Joan Plaza tenía claro cuál había sido el punto de inflexión del encuentro. 

El técnico del Unicaja hace referencia a una acción del final del tercer cuarto, que demuestra que el baloncesto, como la vida, en ocasiones puede ser paradójico por la interpretación textual del reglamento vigente. Nos situamos. Una falta muy dura de Nemanja Nedovic sobre Rafa Martínez provoca que el jugador del Valencia se caliente. Va a por el serbio, pero en su camino se entromete Alen Omic, que salta desde el banquillo con el partido en juego para evitar que la situación se complique.

Los árbitros revisan la jugada y toman la decisión correcta ante los ojos de la ley: descalifican al pívot esloveno del Unicaja por entrar en pista durante el partido. Los malagueños, sin hombres altos, tiran de coraje para remontar la final, y le endosan un 0-18 de parcial al conjunto local al inicio del último periodo, a la postre decisivo. La expulsión que podía sentenciar el choque acababa cambiando el sino de la final. Dale al play y juzga tú mismo. 

Alen Omic, un jugador al que su fuerte temperamento le ha jugado en más de una ocasión malas pasadas, acababa el partido expulsado por evitar una posible pelea. Un encuentro en el que además, protagonizaba otra acción de mucha deportividad. 

A poco más de un minuto para el final del primer tiempo, con el Valencia rozando la diferencia psicológica de los 10 puntos, Omic pelea por un rebote ofensivo tras un mal tiro de Lafayette. El balón sale fuera, y los colegiados marcan en primera instancia pelota para Unicaja. El pívot esloveno reconoce rápidamente que era el último en tocar la bola, ayudando a los árbitros a corregir la decisión y ganándose el aplauso de La Fonteta.

Jugada que quedará en anécdota y que representa la gran paradoja de Alen Omic en esta final: cambia el partido para su equipo por un expulsión la noche en la que evita una pelea y se lleva el aplauso de la afición rival por una acción muy deportiva. La vida y el baloncesto. No te pierdas el momento en este vídeo. 

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