El Olimpia Milano encadenó este miércoles su tercera derrota consecutiva en la Euroliga. Del ilusionante inicio (3-1) al ostracismo más absoluto, dando muestras de cansancio y poca química en un equipo con muchas caras nuevas y problemas de lesiones que no ayudan a conseguir la anhelada consistencia.
Los de Messina cayeron en el Palau ante un Barça superior que les dejó en 56 puntos. Unos días después sucumbieron en casa ante el Madrid, anotando solo 27 puntos en la segunda mitad. Y este miércoles, en el derbi italiano ante la Virtus, sumaron una nueva derrota continental, anotando apenas 59 puntos.
Algo pasa en Milán.
“Cuando las cosas van mal, simplemente colapsamos”, espetó Messina en la rueda de prensa posterior a la derrota ante la Virtus. “Estamos tristes, depresivos. No tomamos algunas decisiones ni hacemos tiros. Jugamos con sensación de tragedia”, añadió el veterano entrenador.
Messina continuó con su análisis de la situación, haciendo autocrítica: “Cuando un equipo juega mal, la responsabilidad es del entrenador. No sirve de nada señalar a jugadores. Los aficionados tienen motivos para estar enfadados e incluso pensar que la temporada se ha acabado. Nosotros sabemos el por qué estamos sufriendo y ahora me toca a mí hacer los ajustes necesarios”.
Un dato sorprendente de este inicio de curso es que el equipo italiano aún no conoce la victoria como local en la Euroliga, récord que comparte con el Panathinaikos. El ALBA Berlin, el Real Madrid y la Virtus Bologna han asaltado el Mediolanum Forum.
El calendario de Olimpia Milano no es del todo halagüeño. La próxima semana visitan la siempre complicada cancha del Zalgiris, mientras que a la siguiente, con doble jornada, reciben a Anadolu Efes y Fenerbahce. Finalmente, el 1 de diciembre viajarán hasta Vitoria para medirse a un Baskonia que mira de tú a tú a todos los rivales hasta la fecha.
Cuatro partidos por delante, todavía sin Shields, que pueden medir el estado actual del equipo dirigido por Messina. Pangos, Davies, Hall, Melli, Datome… Mimbres para salir del atolladero tienen, desde luego.
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