Sin embargo, el precedente inmediato, incluso aquel otro encuentro pleno de errores contra este mismo rival en la Caja Mágica, pareció desvanecerse de la memoria de los de blanco. Ni lastre ni bagaje alguno. El Madrid disputó cuarenta minutos a gran nivel en los que llegó a avasallar al Efes Pilsen (60-77 final), un equipo que no había cedido en el Sinan Erdem Arena –magnífico escenario del último Mundial– hasta la fecha.
Como si hubieran sufrido un episodio de amnesia selectiva que les hiciera ajenos a lo vivido ante el enemigo azulgrana, como si no hubiera un ayer…
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