Han quedado como los mejores de las fases previas y sin embargo nadie parece reconocerlos como favoritos. Se habla del CSKA de Kirilenko como el mejor equipo de Europa o del campeón, el Panathinaikos de Diamantidis y Obradovic como el más competitivo. Y en ese nuevo escenario donde el protagonismo lo acaparan otros el Barcelona empieza a sentirse especialmente fuerte y motivado para aceptar el reto final, la conquista del título.
