Sólo tiene 23 años y Davis Bertans ya ha sufrido (y superado con éxitos) más lesiones que muchos profesionales en toda su carrera. Muchos obstáculos en su camino que no le han impedido llegar en un buen momento a su primera Final Four, donde este viernes se enfrentará en semifinales al Fenerbahçe.
El alero letón del Laboral Kutxa empezó joven teniendo lesiones de gravedad. Aunque la primera, fue más un accidente: perdió el dedo anular de la mano derecha con 13 años, ayudando a cortar leña.
«Jugaba al basket desde que tenía memoria y un mes después ya estaba otra vez en la pista», recuerda Bertans en una entrevista en el portal de la Euroliga.
Después, ya como profesional, llegaron las dos graves lesiones en la misma rodilla, la derecha. La primera, como jugador del Partizan: «Miré la rodilla, estaba hinchada y pensé que se había acabado mi carrera».
Un año después de su lesión, Bertans fichaba por el Baskonia. Y sólo unos meses más tarde, la rodilla derecha se volvía a romper: «Mentalmente fue más fácil. En el mismo momento me di cuenta de que era la misma lesión, pero no estaba tan hinchada y comprendí que no era tan grave porque la primera vez me rompí más de un ligamento».
Tras 10 meses de recuperación, Bertans ha vuelto sin precipitarse: «Tengo una larga carrera por delante, un mes no va a cambiar mucho». Y concluye: «Estoy orgulloso de mi por volver tras la segunda lesión. Sabía que lo podía hacer. Pero jugar una Final Four es algo inesperado. Es fantástico tener una oportunidad así».
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