Y lo volvieron hacer. Extraordinaria demostración de espíritu y carácter del Olympiacos que, una vez más, se rebeló contra el orden establecido y los pronósticos. ¡A la final tumbando al CSKA! Spanoulis necesitó 12 tiros y 36 minutos para anotar su primera canasta en juego. Pero llegó a tiempo para el nuevo milagro rojo. Cotidiano.
Una canasta de Kaun debajo del aro colocaba la máxima ventaja del partido (61-52) a 4:23 del final. ¿Semifinal resuelta? No con Olympiacos en la cancha.
Spanoulis tuvo una noche aciaga: 0 de 10 tiros, 3 pérdidas, 3 tapones recibidos, -7 de valoración al término del tercer periodo. Pero llegó a tiempo para protagonizar un nuevo milagro. Sus compañeros pugnaron para mantener un hilo de vida. Y él salió al rescate final.
Once puntos del genio griego en los 3:32 últimos minutos voltearon la historia: de 63-54 al 68-70 final. El triple final ante De Colo fue la culminación de la proeza. Memorable Olympiacos. Inmortales.
El partido arrancó con las dos estrellas, Spanoulis y Weems, emparejándose y anulándose. En el primer cuarto se registraron cinco empates (3, 5, 9, 15 y 17). Leve iniciativa rusa, pero tenaz resistencia griega. Lo previsto (20-17).
En el comienzo del segundo cuarto, los de Itoudis tuvieron siete puntos de ventaja (24-17). Tiempo muerto… y los helenos otra vez de vuelta (24-22). El corazón de los atenienses, animado por su incansable afición en todo momento, siempre palpitando.
En la primera mitad, Olympiacos estuvo tres veces por delante. Y las tres veces dando muestra de su irreductible fe. Dunston recoge un tapón a Spanoulis y emboca cayendo al parqué (27-28). Printezis, con uno de sus semiganchos marca de la casa que entró tras tres botes en el aro (29-30) y mate de Hunter recogiendo una contra errada por Lojeski (33-35).
Tres ejemplos del espíritu que siempre adorna a los de El Pireo. Spanoulis con 0 de 8 al descanso, pero 36-35 en el marcador.
En la reanudación, los helenos no cesaron en su labor de zapa y aguante. Cuando se vieron ocho abajo (47-39), encontraron soluciones para seguir aferrados al choque. Canasta con adicional de Sloukas, triple de Printezis, canasta de Agravanis (49-47). Spanoulis seguía desaparecido; Olympiacos seguía pugnando. De Colo y Aaron Jackson, los mejores del CSKA (51-47).
Finalmente, la balanza se decantaba del lado ruso: 57-49, 57-51 a 6:30 del final con el regreso a cancha de Spanoulis que, en la primera acción erró su undécimo tiro; 61-52 con canasta bajo el aro de Kaun a 4.23; 63-54 con una suspensión de De Colo…
Pero no, Olympiacos no entiende de rendiciones. En su 12º tiró, el triple de Spanoulis (63-57 a 3:32) hizo creer a los suyos. Increíble, pero una vez estaban ahí. Y el genio no desaprovechó la oportunidad para dictar su ley. La del más creyente.