Rudy lanzó al equipo en Milán e Ibaka ejerció de muro para impedir cualquier reacción del rival. Claro que los echarán de menos, claro que la genialidad del mallorquín y la incomparable potencia física del congoleño no encontrarán sustitución posible pero ambos, junto a la plantilla que sí se queda y la estelar incorporación de un fichaje como Single, de un perfil adecuado al estilo Laso, hacen del Real Madrid un equipo capaz de seguir ilusionando, de seguir produciendo baloncesto de alto nivel.
Víctimas de Lockaut han sido los propios afectados y los equipos como el de Scariolo que han sufrido en sus carnes la capacidad competitiva de estas figuras de la NBA que como Rudy e Ibaka han sido capaces de implicarse al máximo en su trabajo temporal e incluso dejar un sello inolvidable que les permite mantener puertas abiertas de cara al futuro…
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