El baloncesto tiene mucho más de imprevisible de lo que imaginan incluso los propios entrenadores. Sin Navarro ni Mickeal y con Lorbek jugando muy poco, los tres principales referentes de Xavi Pascual, el resto de juegadores azulgranas firmaron una de las actuaciones más convincentes de la temporada. “Estoy francamente satisfecho del trabajo realizado tanto en defensa (48 puntos encajados) como en ataque (78)”. Fue un gran ejercicio colectivo, con un baloncesto que supo alternar ritmos, supo ser intenso y consistente y además tuvo la puntería como ese valor añadido imprescindible para abrillantar las victorias.
Destacó Ingles en clara demostración que muchas veces no es tanto una cuestión de rendimiento sino de espacio para poder desarrollar el talento. Ingles jugó a placer y con rol de referente en ataque anotó como él sabe. Pero la atención del partido recayó especialmente en los más jóvenes, Abrines y Hezonja, quienes dieron un paso adelante más en su formación adquiriendo experiencia de partidos de máximo nivel y en ambientes especiales como Estambul. Ambos mostraron pinceladas de esa calidad que les hace ser excepcionales para su edad calidad y sin duda les convierte en dos activos de máximo valor para futuro del club.
Pero además de los mencionados, tres aleros que tendrían cabida en cualquier equipo de Europa, Jasikevicius, con más minutos, mostró su calidad infinita y buena lectura de juego, Sada esa solidez de temporadas anteriores y Huertas la brillantez que le caracteriza. Entre los tres, esta vez, formaron un “equipo de dirección” impecable. Fue, en definitiva, la mejor versión del Barcelona esta temporada precisamente en el día que Pascual prescindió de su “Big Three”. Baloncesto imprevisible.
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