EUROLIGAEstás viendo//Entrevista a Jordi Bertomeu: “La Euroliga ha ido siendo mejor cada año”
Entrevista a Jordi Bertomeu: “La Euroliga ha ido siendo mejor cada año”

Entrevista a Jordi Bertomeu: “La Euroliga ha ido siendo mejor cada año”

Jordi Bertomeu Orteu (Barcelona, 15 de enero de 1959) vive días extraños. Por primera vez en mucho tiempo no tiene una gran competición que gestionar. Primero fue la ACB y después, desde el 2000, la Euroliga, en cuya creación con la ULEB como plataforma fue determinante. Ahora los clubs han prescindido de él, nombrando presidente a Dejan Bodiroga. En cierto modo, eso le permite hablar sin tapujos del pasado, presente y futuro de la gran competición continental. Y también de aspectos muy personales de su trayectoria. 

Entrevista publicada originalmente en la revista Gigantes 1526 de noviembre que puedes comprar aquí

¿Cómo es un día a día suyo ahora? 

Mi vida ha cambiado mucho. 22 años gestionando una competición con partidos todas las semanas es un nivel de intensidad muy alto. Todo esto ha dejado paso a una situación mucho más tranquila, de empezar a imaginarme qué voy a hacer a partir de ahora, una situación potencialmente más creativa. Tranquilidad por ahora. 

¿Echa de menos la tensión de dirigir una competición tan grande y compleja como la Euroliga? 

No. Hay que hacerlo. La vida tiene sus tiempos. He empezado tres proyectos: abrir un despacho de abogados, abrir la ACB y abrir la Euroliga. Este no lo he dejado yo, tengo que dejarlo yo. La sensación ahora es distinta, pero todo tiene una época. Crear una empresa y gestionarla tanto tiempo es un periodo muy largo para cualquier ejecutivo y hay que sentirse orgulloso, más allá de los resultados. 

Cuando mira para atrás, a estos 22 años, ¿qué ve? 

La creación de una liga profesional de baloncesto en Europa. Me quedo con el concepto, con el cambio. Hemos hecho un impacto, hemos incidido, le hemos dado la vuelta al baloncesto europeo como un calcetín. Hemos creado un equipo de profesionales extraordinarios que son todavía los que llevan la Euroliga y espero que lo hagan durante mucho tiempo. Y también hemos inspirado a otros deportes, incluso alguno más grande que el nuestro. Si miras para atrás y ves una vida que no ha sido para nada plana tienes que estar satisfecho. Los cambios conllevan resistencia y ha habido que resolver conflictos. Ha habido errores, cosas buenas y malas. 

Hay quien dice que la Euroliga es mejor que la NBA por una cuestión de competitividad. ¿Lo ve así? 

Eso es muy importante, pero hay otros factores. No creo que haya que decir si algo es mejor o peor, sino que es distinto. Ves un partido de la NBA y los ‘highlights’ son impresionantes, pero los 48 minutos son menos impresionantes. Ves uno de Euroliga y todos los minutos de toda la temporada son de alta intensidad. Tiene que ver con el formato de competición y con la calidad de los jugadores, que es mérito de los clubs. ¿Cuántos años llevamos diciendo que la NBA se nos lleva a los jugadores? Muchos. Y sin embargo la Euroliga ha ido siendo mejor cada año, pese a que se han ido jugadores que parecía que después de ellos se acababa el mundo. Hace poco hemos visto a grandes de la NBA diciendo que en Europa es muy difícil anotar. El nivel de intensidad de los partidos hace que los aficionados los sigan de esta manera. 

Pero en dinero y en imagen estamos a años luz de los norteamericanos… 

En lo que estamos lejos, por mucho que hayamos mejorado, es en entender que la Euroliga es una empresa colectiva, que entendamos que lo importante es la competición y no cada club. Es lo que explica el éxito de la NBA. Allí todas las decisiones están encaminadas a lo que es bueno para la empresa. En Europa vivimos del concepto de los clubs y no de franquicias que se organizan a arriba a abajo. Es muy distinto que crees un negocio de franquicias en el que les dices a los propietarios “si usted quiere entrar, tiene que hacer esto” que ponerlo al revés: decirles a lo que ya están que renuncien a parte de lo que ya están haciendo para que esto lo haga la empresa. Es la gran diferencia entre el deporte americano y el europeo, no solo en el baloncesto. Allí lo hacen así. Es cultural. Tuvimos que convencer a los clubs que lo que se decida es mejor para el futuro. Un ejemplo son las medidas comunes de control salarial, que son buenas para la supervivencia del negocio. Aquí, si un club quiere ganar no le hables de que no puede gastarse en un año más de equis dinero. Eso le molesta porque quiere ganar ahora. 

El cisma con la FIBA en el 2000 fue el momento más complicado, ¿no? Ha hablado incluso de presiones políticas… 

Claro. La Euroliga era e incluso es hoy en día un elemento disruptivo, que rompe el ‘statu quo’. Eso hace que la gente empiece a mirarse qué está pasando aquí. Hace 22 años la situación actual era imposible. Las federaciones tienen en parte su sentido y en parte no. He tenido que ir varias veces a hacer comparecencias al Parlamento Europeo y me he reunido con comisarios europeos y con ministros de deportes de muchos países para explicarles lo que es la Euroliga. Y no pasó nada. No digo que esto sean presiones, pero sí que la política se ha preocupado de lo que estaba haciendo el baloncesto. Aunque seré honesto: no les preocupaba exactamente el baloncesto, sino que otros pudieran seguir el ejemplo… 

Es decir, el fútbol y el proyecto de la Superliga… ¿La conseguirán montar Florentino Pérez y sus socios? 

Sin duda. Estoy seguro. Es lo natural, es lo que la gente quiere. El aficionado quiere ver lo mejor. Objetivamente es mejor un partido del Liverpool contra el Milan que muchos partidos del Milan en su liga italiana. En un formato más  o menos abierto, pero se hará.  Si queremos arrastrar al consumo de deporte, debemos ofrecer al consumidor lo mejor. La oferta es cada vez más grande y nos pone en un nivel de competitividad y de exigencia que nos obliga a los organizadores a reinventarnos constantemente.  

Hoy en día la relación con la FIBA es mala: la cuestión de las ‘ventanas’, los árbitros de Euroliga vetados en campeonatos de selecciones… ¿Algún día habrá una solución? 

Los que están ahora tendrán que buscar la suya, ya no es mi responsabilidad. Pero sí creo que puede haber una relación normal con la FIBA. En 22 años tuvimos un primer momento muy malo y después pasamos a 13 o 14 de tranquilidad con un convenio firmado que fuimos cumpliendo. En 2016 la FIBA lo rompió unilateralmente, por su cuenta. A partir de aquí empezó a haber conflicto. Ellos han hecho lo que han querido y nosotros no lo aceptamos. -Vinieron las ‘ventanas’ y lo demás: los árbitros. Lo que hay que entender es qué quiere la gente. ¿Y qué quiere? ¿La selección española con los mejores jugadores posibles o con los que pueden ir? Es un suicidio hacer una competición en la que eso no es posible. ¿Alguien se imagina que la Euroliga dijera que las jornadas 5, 7 y 11 las íbamos a jugar con los juniors? Esto es una estafa, ¿no? O algo parecido. Lo de los árbitros ha sido ridículo: todo el mundo se ha quejado del nivel en el Eurobasket. ¿Por qué no coges a los mejores si quieres proteger tu producto? 

¿Ve factible jugar los fines de semana, asignados tradicionalmente a las ligas nacionales? 

No digo que no, y seguramente podría ser bueno, pero nunca he sido un fan terrible de ir a los fines de semana. Hay que convivir todos. Que no se me enfade nadie, pero un ejemplo es el balonmano, que es está perdido. No arranca y podría hacerlo porque las temporadas se interrumpen por un Mundial o un Europeo y están tres meses sin jugar y porque los domingos hay competición europea que afecta a la competición nacional. Cada uno tiene que tener su espacio. Ir a jugar el fin de semana nunca me ha parecido la solución a los problemas.  

Hay un tipo de aficionado que se queja de la Euroliga se pueda jugar sin méritos deportivos… 

Pues yo siempre he estado convencido de eso. Si no saben que van a jugarla, es imposible que nadie invierta en cosas a largo plazo. Tenemos como 20 pabellones nuevos en Europa gracias a esto. Valencia está haciendo uno para jugar la Euroliga, porque si no la tiene asegurada no le hace falta un pabellón de 13.000 espectadores. 

¿Cómo ha manejado usted personalmente tener diferencias con la ACB, allí donde usted se ‘crió’ como dirigente? 

Lo he vivido mal. Eduardo Portela y yo teníamos una visión distinta, aunque nuestra relación personal nunca se vio afectada. En nuestro momento de mayor conflicto  seguíamos yendo a comer. La admiración y el respeto que le tengo es insuperable. Nadie ha hecho lo que ha hecho él por el baloncesto español. Ha sido el dirigente que más impacto ha tenido. Pero se ha demostrado que el crecimiento de la Euroliga no iba en detrimento del crecimiento de las ligas nacionales. La ACB nunca dejó de mejorar y lleva 35 años siendo la mejor liga nacional de Europa. Es una polémica falsa. Nadie ha puesto un dato encima de la mesa que demuestre que la Euroliga ha dañado a las ligas nacionales. Las que se han hundido, como la griega y en su momento la italiana, aunque se va recuperando, ha sido por mala gestión de sus clubs y dirigentes. Otras competiciones, como la alemana, han crecido al compás de la Euroliga. Nunca he visto que fuésemos incompatibles.  

Un equipo de la Euroliga en Dubai. Demasiado osado como para cumplirse… ¿De verdad que lo ve? 

Sí, claramente. Es difícil hacer la Euroliga que que haya un equipo de la Euroliga en Dubai. Si queremos que el baloncesto siga siendo disruptivo y que presente cosas nuevas, aquí hay una oportunidad. Si hay un proyecto sólido, con sentido, que no presente problemas logísticos, hay que estudiarlo. Empecé las conversaciones con ellos y vi que era un proyecto con fortaleza. Por ejemplo, tienen un pabellón impresionante.  

Le quedó la asignatura pendiente de tener grandes equipos en sitios como París y Londres… 

Sí, pero en ambos casos nos mató la pandemia porque las inversiones en construcción de instalaciones se rebajaron. En Londres el O2 no se puede reservar para la Euroliga durante 40 noches. Y en París también hicieron recortes respecto a lo que iban a levantar para los Juegos Olímpicos. Al menos estoy orgulloso de hay un equipo de cada una de esas dos ciudades en la Eurocup.  

¿Y el conflicto con los clubs rusos, con el CSKA como uno de los accionistas? Es algo que excede claramente al baloncesto… 

Lo veo… a muy largo plazo. O al menos a medio plazo. El baloncesto y otros deportes lo único que pueden hacer es esperar y ver. No hay ninguna posibilidad de hacer una cosa distinta. Viendo las noticias, no hay indicativos de que la cosa se vaya a tranquilizar en poco tiempo.  

¿Cree que Dejan Bodiroga lo hará bien en su puesto? 

No lo sé. No hablo con él desde hace muchos años, desde que era jugador. No sé las ideas que tiene ni la experiencia que tiene en la gestión. No tengo ni idea. En la pista desde luego era uno de mis favoritos.  

Usted también tuvo mérito lograr en 1981 el ascenso a la máxima categoría con un colegio, Lasalle Bonanova. ¿Qué tipo de jugador era usted? 

¡Muy malo! Pero hasta junior fui a algunas preselecciones, pero es que mi generación es la del 59 y había mucha competencia con gente como Epi. Yo tenía más voluntad que talento, la verdad. Que subiésemos con Lasalle fue como el cuento de Cenicienta. 

 

Deliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Desliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Cargando el siguiente contenidoEspera un momento por favor :)