Va camino de cumplir 35 años, lleva toda la vida haciéndolo y nadie consigue detenerlo. Vassilis Spanoulis se ha convertido una vez más en el verdugo del CSKA, al que ha apeado de la final de la Euroliga rubricando una gran remontada (78-82).
Kill Bill encarna a la perfección el espíritu de un equipo, el Olympiacos que nunca se rinde, al que nunca hay que dar por muerto. Y lo ha demostrado ante el vigente campeón, al que las alegrías por disparar sus rendas por encima de los 10 puntos le duraban poco.
Teodosic se iba hasta los 23 puntos, 15 de ellos en la primera mitad. Pero su segunda parte no pasará a los anales de la historia. Tampoco la de Nando De Colo, la otra gran estrella rusa. Los dos acababan opacados por Spanoulis y sus chicos.
Entre Printezis (10 de sus 14 puntos al descanso), Papanikolaou (14p, 4/7 triples) y Mantzaris (12p, 4/9 triples) se encargaban de mantener a flote al Olympiacos. Los escuderos cumplían con crecer, a la espera de la aparición final de Spanoulis para ejecutar al rival.
Kill Bill ponía por delante a su equipo por primera vez en muchos minutos con un triplazo al final de la posesión (73-74). Y poco después disparaba la ventaja regalando un alley-oop a Birch (73-76). Tres puntos de ventaja que el experimentado Olympiacos ya no dejaría escapar:
Hola, dios del Basket, ¿qué tal por Estambul? SPANOULIS. #Eurofighters pic.twitter.com/2JnXVpVZJy
— Movistar Basket (@MovistarBasket) 19 de mayo de 2017
Esto es un espectáculo. Bienvenidos al mejor partido del año. #Eurofighters pic.twitter.com/eZVoFgHjK2
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