No, no esperen que vayamos a hablarles de lo que pasó en los partidos, sino contarles lo que no pudieron ver u otros les pasaron por alto.
De entrada, y el detalle no es baladí, las canastas del Palacio no son las mismas con las que juegan el Madrid y el Estudiantes sus partidos de Liga Endesa y Euroliga. Las escogidas para esta cita, nuevas e imponentes, son del sponsor técnico de la Euroliga, Spalding, y con un sistema de iluminación de tablero de un color distinto del habitual para el fin de posesión: amarillo. El rojo se mantiene para el fin de cuarto.
Pero empecemos por el principio. Como un manojo de nervios estaba el presidente del CSKA, Andrei Vatutin, paseando por la zona de banquillos de su equipo. Y no es para menos. Su equipo se enfrentaba a su peor pesadilla: el Olympiacos. Activo en la presentación de su equipo, en el corro saludando a todos sus jugadores, de poco le sirvió. Desde su silla en el centro de la pista presenció una nueva debacle, la tercera, ante el equipo del Pireo.
En la grada, muchos VIPS. El nuevo seleccionador de España, Sergio Scariolo, sin perder ojo en su reentré en el cargo, sentado justo al lado de su homónimo griego, Fotis Katsikaris, que hacía lo propio con sus seleccionables del Olympiacos. Juntos pero no revueltos, el domingo los dos representantes de sus países se verán las caras en la final por la Euroliga. Otro ex seleccionador, Dirk Bauermann, también se dejó caer por el Palacio. Dirigió a la Alemania de Nowitzki y esta campaña lo ha hecho en el Octubre Rojo ruso. Agentes, scouts, jugadores… nadie ha querido perderse la gran cita.
Feliz con sus tres retoños y su mujer estaba Spanoulis tras la machada del Olympiacos para presenciar la segunda semifinal. No es para menos después de su exhibición en los dos últimos minutos y el triple que sentenciaba el choque.
Sus compañeros tras salir de la ducha veían desde la zona de prensa los primeros minutos del arranque del segundo choque. Pero se iban rápido al hotel sin conocer a su rival que hay mucho en lo que trabajar y preparar. Ganando así, no sólo la victoria sabe mejor sino el esfuerzo a hacer para preparar la final del domingo.
Pero si hablamos de la segunda semifinal, el Fenerbahçe se ha volcado. Desde que los jugadores turcos saltaban a la pista sus seguidores, presentes en todo el Barclaycard center no paraban de apoyar. No sabías si estabas en Estambul o en Madrid. En el conato de remontada de los visitantes parecía el mismísimo Abdi Ipecki. La reventa debe haber funcionado de lo lindo pero dicen que la primera vez siempre merece la pena (pese a la derrota).
La NBA tampoco ha querido perderse un evento de tal calibre. Kenneth Faried ha hecho parada en su viaje por Europa en Madrid para ver la Final Four y ha estado sentado junto a nuestro NBA José Manuel Calderón. El jugador de los Nuggets atendía con cortesía a todos los medios y no ponía reparos a hacerse fotos. Profesionalidad al máximo.
Las televisiones, plagadas de ex jugadores como comentaristas (por ejemplo Pepe Sánchez para DirecTV Sports) y también jugadores en activo como el baskonista Fabien Causeur para la francesa que al igual que su compañero Mike James, también en el Palacio, seguro tomaba apuntes de su próximo rival en la Liga Endesa: el Real Madrid. Entrenadores tampoco faltan colaborando con los medios tanto fuera de nuestras fronteras (Zouros) como dentro (Quintana y Vidorreta en sendas radios).
Y antes de empezar el Real Madrid-Fenerbahçe, abrazo en el centro de la pista de Zeljko Obradovic al que fuera su jugador y ahora es entrenador de los blancos Pablo Laso. Seguro que según iba transcurriendo el partido y con el cabreo in crescendo del serbio por la paliza de los blancos en el segundo cuarto (sólo había que leerle los labios) no estaba para darle otro.
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