El baloncesto se juega para el aficionado sin el cual el deporte profesional no tiene sentido. Y la semana pasada el aficionado pudo disfrutar de exhibiciones individuales de altísimo nivel, de acciones dignas del mejor baloncesto del mundo, de retos personales, de interpretaciones propias de los mejores actores. Mientras dure el lockout y por mucho que los responsables de la Euroliga critiquen los contratos temporales, Europa disfrutará de una competición que, con muchos de los mejores jugadores en ella, la convierte en clara competencia de la NBA y la distancia de la ligas domésticas. Porque no es lo mismo un Zalgiris – CSKA con Kirilenko (17 puntos, 15 rebotes y 37 de valoración) que sin él, y no es lo mismo un Armani Jeans – Maccabi con Gallinari (23 puntos), o el Spirou – Real Madrid con un Rudy estelar (19 puntos) que sin ellos. ..
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