Sasha Vezenkov ha empezado la temporada a un nivel superlativo. Con la etiqueta de promesa olvidada -hace dos temporadas-, el búlgaro lidera la Euroliga en puntos (20), rebotes (8,9) y valoración (28,2) tras 8 jornadas disputadas. Esta semana, en la victoria de Olympiacos en Munich, firmó su tope personal de valoración con 43 créditos, superando los 42 que firmó Zach LeDay en 2018 -récord histórico de Olympiacos hasta el jueves-.
Analizando los datos de valoración de la Euroliga moderna, Vezenkov va camino de batir todos los registros históricos. El ala-pívot acumula 226 créditos de valoración en 8 jornadas, un promedio de 28,2.
El récord de valoración en una temporada lo tiene Nikola Mirotic, que terminó el curso 21/22 con 765 créditos en 38 partidos (una media de 20,1). Si Olympiacos llegase a la Final Four (ergo, jugaría un mínimo de 39 partidos si no se pierde ninguno por lesión o descanso), Vezenkov podría superar los 1.000 créditos de valoración.
Eso sería en cifras totales. Si echamos un vistazo a la estadística en promedios, Vezenkov tiene ahora mismo la 4ª mejor marca histórica (28,2). Dejan Tomasevic promedió 30,92 de valoración en los 12 partidos que jugó con Buducnost (2000-01). Dejan Milojevic jugó 6 partidos con el Partizan en la 2004-05, firmando unas medias de 30,5 de valoración. Y Dereck Hamilton, con el San Petesburg Lions en la 2000-01, estuvo con una media de 28,3 en los 10 partidos que disputó.
Los 8 partidos de Sasha Vezenkov en esta Euroliga:
- vs Barça: 20 puntos, 8 rebotes, 20 de valoración
- vs Zalgiris: 23 puntos, 14 rebotes, 37 de valoración
- vs Real Madrid: 23 puntos, 12 rebotes, 29 de valoración
- vs Baskonia: 26 puntos, 7 rebotes, 29 de valoración
- vs Monaco: 13 puntos 7 rebotes, 16 de valoración
- vs Valencia: 20 puntos, 3 rebotes, 27 de valoración
- vs Partizan: 15 puntos, 7 rebotes, 25 de valoración
- vs Bayern: 20 puntos, 13 rebotes, 43 de valoración
Aquel joven imberbe que llegó a Barcelona en el verano de 2015 es, siete años después, un firme candidato a MVP de la Euroliga. Los números no engañan.