Es insaciable. Ha conquistado ya 9 Copas de Europa con cinco equipos pero sigue queriendo más. «Cuando me sienta diferente, voy a parar y me iré a hacer las otras cosas que hago en mi vida», dijo Zeljko Obradovic tras levantar el primer cetro europeo de la historia del Fenerbahçe.
El reto era mayúsculo: conquistar la Final Four como anfitrión. Toda la presión era para el Fenerbahçe, que quería ser el primer turco en levantar una Euroliga.
«Cada rincón de la ciudad tiene el ambiente que hemos tenido esta noche. Estambul es una ciudad de basket y el Fenerbahçe tiene millones de fans. La conexión que tenemos con nuestra gente es algo especial. Les quiero dar las gracas porque este gran club no existiría sin sus aficionados», destacaba Obradovic en declaraciones recogidas por Eurohoops.
Al técnico serbio parece gustarle la presión. Sólo así se entiende que ya se marque un objetivo para dentro de un año: otra F4 en casa, en la suya. «El año que viene, la Final Four será en mi país, en Serbia, y en mi ciudad, en Belgrado. Voy a preparar a todo el mundo para estar en la Final Four de Belgrado», avisa.
Entre los artífices del título, Ekpe Udoh, renovado el pasado verano a pesar de las ofertas que tenía del CSKA y de la NBA. Un jugador básico para Obradovic: «Se merece el MVP de la Final Four. La valoración de los dos partidos es algo extraño de ver en una Final Four, 68. A Ekpe no le interesa anotar, pero el basket es un jugador en el que muchas cosas dependen del rival. En mis 25 años como entrenador, no recuerdo a muchos jugadores con la concentración de Ekpe».
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