Alphonso Ford, que da nombre al premio anual al máximo anotador de la Euroliga, Carlton Myers, Kaspars Kambala y Bobby Brown quedaron atrás. Compartían el honor de haber anotado más que nadie en un partido de Euroliga (41). Pero Shane Larkin fulminó la marca esta mismo temporada (49)… y amenaza con nuevos terremotos mientras ambiciona más títulos. Para muchos, el mejor jugador del continente, habla con Gigantes.
Gigantes: Al descanso tenías 25 puntos. ¿Ya sabías que el récord era 41 puntos o alguien te dijo algo en el vestuario?
Larkin: Lo sabía porque la temporada pasada ya estuve cerca [37 puntos al Barça en la jornada 25, en marzo]. Así que sí estaba en mi cabeza. Nuestro team manager, Özgür Alyüz, me hizo las cuentas: 16 puntos para igualarlo y 17 puntos para romperlo. Todos estaban expectantes con la posibilidad…
G: El consiguiente 53 de valoración queda como quinto registro. Pero es que además igualaste los diez triples que en su día metiese Andrew Goudelock.
L: Ahí sí fue sobre la marcha. Fue el fisioterapeuta el que me avisó en el descanso: necesitaba 4 triples mas para empatar el record. Al final, cuando metí el décimo, mire al banquillo y vi que estaba súper emocionado. Después del partido, la verdad es que no tenía palabras. Empecé muy bien y el aro se hizo enorme, como un océano. Estoy muy agradecido por ese momento. Realmente es una bendición.
El partido de récord de Shane Larkin:
G: ¿Tuviste ya buenas sensaciones en el calentamiento? ¿Qué rutinas tienes antes de un partido?
L: Sí, sensaciones muy positivas: metí 47 de 50 triples. De hecho, metí 34 seguidos. Me sentí bastante bien y se tradujo en el juego. Antes de un partido, intento meter 100 tiros, 50 de 2 y 50 tiros de 3 con el objetivo de no fallar dos tiros seguidos.
G: El próximo desafío para Shane Larkin… ¿llegar a 50 puntos?
L: Para mí, el reto es ganar el próximo partido y, a más largo plazo, volver a la Final Four. ¿50? Es posible, pero no es mi preocupación principal. Sólo me importa ganar partidos.
G: Final Four de Vitoria’19: 30 puntos en la semifinal contra el Fenerbahçe y 29 en la finalísima ante el CSKA. A las puertas de la gloria.
L: Fue una gran experiencia, pese a caer en la final. Para muchos de nosotros, fue la primera vez en una F4. Poca gente esperaba que llegásemos tan lejos, no contábamos mucho. Y eso fue un punto a nuestro favor en la semifinal y nos perjudicó en la final. CSKA tenía más experiencia que nosotros; ése fue el factor que en los minutos finales les ayudó a ganar. Perdimos nuestra compostura. La derrota nos dolió y fue bastante difícil superar. Pero, al mismo tiempo, nos dio impulso para mejorar. Por eso, muchos de nosotros seguimos en el equipo. Con la temporada que estamos haciendo, si seguimos creciendo, vamos a tener una oportunidad muy buena para no sólo volver a la Final Four, sino también ganarla.

Shane Larkin con la camiseta del Anadolu Efes
G: Tu entrenador Ergin Ataman hablaba en una entrevista con Gigantes sobre la transición de los estadounidenses al aterrizar en la Euroliga: algunos piensan que va a ser muy fácil y que van a jugar mucho cuando en realidad no es el caso…
L: Tiene razón. Muchos vienen a Europa y creen que todo va ser fácil, que su talento está muy por encima. Pero no tardan en ver que no es el caso. Es un juego muy diferente al de la NBA: espacio del campo, estrategias, lo que cada entrenador puede desear de diferentes jugadores. En Europa, el papel de un jugador está muy definido y los entrenadores tienden a usar más estrategia de equipo en lugar de dejar que un jugador haga 1×1. Definitivamente, es una situación de aprendizaje en la que tienes que tener mente abierta y ser paciente a medida que descubres exactamente dónde encajas. Si tienes suerte, puedes encontrar un entrenador que te permita ser tu mismo, dejarte equivocar para aprender. Pero el límite de errores en Europa para un jugador americano es menor que en la NBA. Seguro.
G: NBA, Europa, NBA, Europa… ¿Dónde está el sitio de Shane Larkin?
L: Donde pueda seguir creciendo como jugador. Es fundamental estar en un equipo donde pueda hacer mi juego. En la NBA no estaba siendo yo mismo; intentaba encajar en el conjunto, pero siendo alguien que no era. Me centré más en mi papel y sólo hacer las cosas que los entrenadores me pedían. Aún sabiendo que podía hacer mucho más. Me costó un par de años encontrarme de nuevo, pero ahora sé quien soy de verdad.
«Las claves de mi éxito son esfuerzo y dedicación. Muchas
veces me dijeron que no valía. Soy resistente»
G: Un base que domina la Euroliga…
L: Un base que ataca bien, que es capaz de poner mucha presión en defensa, que genera oportunidades para mí y para mis compañeros… Donde pueda hacer todo esto, ahí puede estar mi lugar. Donde sea.
G: Muchos ven a Shane Larkin como el mejor jugador en Europa en este momento. ¿Cuáles son las claves de este gran momento?
L: Esfuerzo y dedicación. A lo largo de mi vida, me han dicho muchas veces que no era lo suficientemente bueno, demasiado pequeño, no lo suficiente fuerte… Todas esas dudas me motivaron para mejorar mi juego cada día. He sufrido lesiones y situaciones desafortunadas, pero siempre he tenido la capacidad de salir más fuerte de cada bache. En resumen, diría que soy una persona resistente.
G: Lesiones. Apenas dos semanas después del draft, te rompiste el tobillo derecho en el entrenamiento previo a volar a la liga de verano de Las Vegas… Tu carrera pro comenzó con cuatro meses de baja ¿Qué aprendiste de esa dura experiencia?
L: Un momento muy duro porque había trabajado muy duro para cumplir mi sueño de jugar en la NBA. La mayor lección que aprendí fue que nunca puedes dar nada por asegurado ni por hecho. También aprendí la importancia de la paciencia y mantener una actitud positiva.
G: Después de Dallas, te vas a los Knicks para tu segundo año. El mismo recorrido que José Calderón, recientemente retirado. ¿Qué te aportó aquellos dos años que compartiste vestuario y puesto con él?
L: José ha sido un jugador muy inteligente. Me enseñó a leer mejor los pick and rolls y cómo liderar un equipo. No fue el jugador más hablador, pero siempre pensó primero en el equipo e hizo todo lo posible para ayudar a conseguir victorias.
«En la NBA no era yo; intentaba encajar en el equipo,
pero siendo alguien que no era»
G: Hablando de los Knicks, ¿qué crees que no les funciona? Llevan un tiempo siendo un equipo mediocre, en crisis permanente. Y parece que los jugadores buenos no quieren ir allí.
L: Tienen que comenzar a reconstruir desde dentro. Tienen algunos jugadores jóvenes con mucho talento. Y veteranos que juegan muy duro y que pueden enseñarles cómo tener éxito en la liga. Deberían dar muchos minutos a los jóvenes, que cojan experiencia. Respecto a que las estrellas no firman con ellos, es indudable que los Knicks no tienen el prestigio que antes. Pero en la NBA, un equipo sólo necesita fichar a una estrella, porque después vendrán las demás.
G: ¿Cuántos partidos crees que Anadolu Efes u otro buen equipo de Euroliga (Real Madrid, Barcelona, CSKA…) podrían ganar en la temporada regular de la NBA?
L: Difícil responder. Primero, dependería de la División y Conferencia en la que esté. El Oeste ha sido bastante más difícil y competitivo estos últimos años. El Este sigue mejorando, pero no tiene el mismo nivel. Creo que los mejores equipos de Europa podrían ganar 25-30 partido al año. Incluso si uno cogiera feeling y un buen ritmo, quizás podrían ganar más.
G: Tu primer desembarco en Europa fue en el Baskonia. ¿Sabías algo del baloncesto español o europeo? ¿Qué recuerdos guarda Shane Larkin de su temporada en Vitoria?
L: No, no sabía mucho. Que había buenos jugadores, con mucho talento, pero poco más. Para ser honesto, al principio pensé que iba a ser fácil, pero pronto descubrí que la Liga Endesa es una de las ligas más competitivas el mundo. Todos los equipos en España tienen pasión y los jugadores siempre luchan hasta la final. No importa si vas primero o último en la liga porque cada partido es una batalla. Tengo un montón de buenos recuerdos de Vitoria, pero mis favoritos son las comidas/cenas en casas de mis compañeros. Siempre fue genial jugar frente a los aficionados en Buesa.

Shane Larkin entra a canasta ante el Barça Basket
G: Segunda temporada en Turquía. Parece que le tenéis tomada la medida al Feberbahçe. ¿Cómo es la rivalidad entre estos dos clubes?
L: Uf, demasiado intensa (risas). Hay veces que los aficionados de un equipo no pueden ir a la pista del otro. ¡Se vuelven locos! El derbi más apasionado que haya jugado… aunque los duelos entre Miami y Florida State también eran tremendos.
G: Tu padre fue una estrella del béisbol (12 veces All-Star). ¿Cómo ha influido en tu carrera?
L: Siempre ha sido un gran ayuda para orientarme. Independientemente de lo que haya elegido hacer, él me ha apoyado al 100%. Lo único que siempre me ha pedido es que cuando entre en pista, dé el 100%, que juegue con pasión. ‘Así nunca te arrepentirás de nada’ me decía.
G: Muchas gracias por atendernos. Para concluir, una curiosidad: ¿sigues las trayectorias de tus compañeros de universidad?
L: Sí, claro. Del equipo que fuimos sweet sixteen, ahora están jugando en Europa cuatro: Kenny Kadji (Estudiantes), Tonye Jekiri (Asvel), Rion Brown (Panathinaikos), Julian Gamble (Virtus Bolonia), Trey-McKinney Jones (Telekom), Durand Scott… Me hace feliz ver cómo progresan. También miro jugadores contra quien jugué. Todos tienen su propio camino: NBA, China, Europa… Es bonito ver a compañeros jugar a alto nivel.
