El mundo del baloncesto, y del deporte en general, lloró la pérdida de Kobe Bryant, su hija Gianna María y los 9 pasajeros en total del helicóptero que en 2020 acabó con la vida del mito en Calabasas (California). Nos queda su legado y recordar, siempre con lágrimas en los ojos, los grandes momentos que dejó la leyenda durante sus 20 años en la NBA.
Una de esos grandes instantes ocurrió poco tiempo antes del gran momento de la Mamba Negra, aquel 22 de enero de 2006, cuando le metió 81 puntos los Toronto Raptors. Un mes antes, el 22 de diciembre de 2005, Los Angeles Lakers habían devorado en apenas tres cuartos a los Dallas Mavericks de Rick Curlisle (el partido acabó 112-90). Y lo habían hecho con 62 puntos del insaciable jugador de los de púrpura y oro.
Ante tal demostración de facultades y con tanto tiempo por disputarse, el cuerpo técnico de los angelinos vio la oportunidad de que su jugador hiciera historia. Así las cosas, Brian Shaw, ayudante de Phil Jackson en ese momento en los Lakers, se levantó para hablar con Kobe Bryant en el banquillo. Lo recoge Básquet Plus. «El entrenador quiere saber si quieres entrar algunos minutos del último cuarto para llegar a los 70 puntos», le preguntó el ex jugador.
Kobe aseguró que anotaría 70… cuando llegara el momento
La respuesta de Kobe, tan inesperada como mítica, rechazando salir y asegurando que conseguiría dicha marca en otra ocasión. El propio Shaw incluso replicó: «Tienes la oportunidad de llegar a 70, ¿cuántas personas pueden decir que anotaron 70? Juega un rato, mete ocho puntos y sal del partido».
Pero Kobe se mantuvo inflexible, y le dejó una perla: «Lo voy a hacer cuando realmente lo necesitemos. Anotaré esos 70 puntos cuando realmente hagan falta. Me siento como si pudiera tener un juego así de nuevo». Al poco tiempo, en el Staples Center, sumó 28 puntos ante los Raptors en el último parcial para firmar 81 en la segunda mayor anotación individual de la historia de la NBA. Y antes pudo agrandar una estadística que rechazó conseguir. Un ejemplo más de su enorme grandeza y ambición, la de un jugador con unos valores únicos al que siempre echaremos de menos.
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