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Brent Barry: la historia del último dunker blanco

Brent Barry: la historia del último dunker blanco

Brent Barry se hizo famoso por ganar el Slam Dunk Contest de 1996, por lo que es más recordado incluso que por sus dos anillos de campeón

En una competición como la NBA, con un nivel de competencia tan alto y una proliferación constante de estrellas, es muy complicado destacar. Sí, cualquiera puede empezar a recitar de carrerilla los nombres de los superclase de la Liga (Lebron, Curry, Harden, Antetokounmpo…), pero por cada astro hay varios secundarios que pasan más o menos desapercibidos y, en la mayoría de los casos, cuyos nombres quedan en el olvido una ve retirados. Como mucho, de alguno de recordará aquella canasta ganadora en los playoffs, aquel mate por encima de ese pívot gigantesto, aquel cara a cara aislado con la megaestrella de turno o aquella participación en el concurso de mates. Este caso podría haber sido el de Brent Barry (New York, 1971), el último dunker blanco, que sin embargo supo reciclarse, evitar el encasillamiento y acabar firmando una carrera bastante reseñable.

Hijo del legendario Rick Barry (sí, aquel que tiraba los tiros libres a cuchara) y, en teoría, el mejor de cinco hermanos con trayectoria en el mundo del baloncesto (algunos recordarán a Jon Barry, con una digna carrera en la NBA), Brent Barry fue uno de esos jugadores que dejan huella sin hacer ruido, pero consiguen lo que muchos aspiran, otros tantos sueñan y sólo algunos logran. Tras cuatro años en la Universidad de Oregon State, después de un año como redshirt, fue elegido en el puesto #15 del Draft de 1995. Los Denver Nuggets le traspasaron automáticamente a Los Angeles Clippers y ahí empezó su aventura NBA.

Considerado como un point forward de manual gracias a sus 2.01, era mucho más alto que la mayoría de los bases de la NBA, pero su capacidad pasadora le convertía en un escolta y en ocasiones alero con una facilidad para dirigir un ataque siempre que fuese necesario. De hecho, durante sus tres últimos años en los Seattle Supersonics promedió más de cinco asistencias por partido y acabó de carrera con una media de 3.3. Si a esto le sumamos un promedio de 40.5% desde la línea de tres puntos a lo largo de sus 14 temporadas en la NBA, estamos hablando de toda una amenaza para las defensas rivales. Sin embargo, su fama y reconocimiento mediático llegaron por otra vía, en su primera campaña como profesional.

Brent Barry saltó a las primeras planas de la prensa especializada en el All-Star Weekend de 1996. Sin quitarse la chaqueta del chándal y dejando a todo el mundo asombrado, se convirtió en el primer y único jugador blanco en ganar el Slam Dunk Contest. La rumorología dice que debajo de la sudadera llevaba una camiseta que rezaba «White Men Can Jump», como guiño a la película White Men Can’t Jump (Los blancos no la saben meter, en España), pero que finalmente se lo pensó mejor y no quiso mostrarla. El caso es que Barry ejecutó en dos ocasiones el famoso mate de Erving/Jordan saltando desde la línea de tiros libres y pasó a ser automáticamente uno de los fan favorites de la Liga.

En su momento confesó que su idea de aquel concurso era saltar a la cancha, machacar una vez lo mejor que pudiese y sentarse a ver como Jerry Stackhouse o Michael Finley, rivales junto con Darrell Armstrong, ganaban el concurso de mates. Pero no fue así. «Para ser sincero, tengo que decir que nunca he perdido un concurso de mates. No quiero que suene arrogante o como un exceso de confianza, pero es la verdad. Lo único que tuve que hacer fue elegir a rivales a los que podía derrotar y apuntarme al concurso… y ganarlo«, bromeaba el jugador tras su gesta. Sin embargo, Brent Barry no permitió que se le encasillase tras su victoria en el Slam Dunk Contest. Sin ir más lejos, años después, en 2003, participó en el concurso de triples del All-Star Weekend.

Al poner punto y final a su carrera NBA, que transcurrió en seis equipos (Clippers, Heat, Bulls, Sonics, Spurs y Rockets) y con dos anillos de campeón conseguidos durante sus años en San Antonio, Brent Barry sí aprovechó su tirón mediático y dio el salto a la televisión. Tuvo su propio espacio en el programa The Starters de NBAtv e hizo las veces de analista en las retransmisiones del canal TNT, hasta que en 2018 volvió al barro para convertirse en el vicepresidente de operaciones de los San Antonio Spurs. Eso sí, independientemente de sus logros deportivos o en los despachos, y hasta que llegue otro, Brent Barry siempre será el último dunker blanco.

 

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