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Darko Milicic: juguete roto del baloncesto, amago de kickboxer y agricultor

Darko Milicic: juguete roto del baloncesto, amago de kickboxer y agricultor

Fue elegido en el #2 del Draft de 2003, por detrás de LeBron James, pero Darko Milicic no di la talla. Su trayectoria NBA es un despropósito casi continuo

Con LeBron James todavía acaparando focos, flashes y miradas después de haber sido elegido en el #1 del Draft de 2003, los Detroit Pistons seleccionaban a Darko Milicic en el puesto número dos. El conjunto de la Motown se quedaba con un interior europeo de 2.13 y 17 años antes que con Carmelo Anthony, Chris Bosh o Dwyane Wade. El serbio nunca estuvo a la altura de las circunstancias y se convirtió en uno de los mayores busts de la historia del draft. Aunque eso no hace que no pasase a los libros de récords como el cuarto jugador internacional más joven de todos los tiempos en la NBA y el más joven de todo el mundo en jugar unas Finales y ganar un anillo.

Sus primeros pasos en el baloncesto le pusieron en la pista de despegue de una carrera que prometía… pero que quedó en mucho menos de lo que indicaban las expectativas creadas. Con 15 años ganó el Mundial cadete con Serbia y con 16, en 2002, firmó 14.2 puntos y 7 rebotes en la Euroliga con el Hemofarm Vrsac. Con 17 recibió una bofetada de realidad en la NBA.

En Detroit Pistons no jugó más que los minutos de la basura y nunca entró por el ojo del entrenador Larry Brown. Aquellas palabras del técnico que decían que «quiere ser como Tony Kukoc y a mí me gustaría que jugase como Bill Russell, pero debe creerse un rapero» marcarían su paso por la franquicia de Michigan. Pese a todo, aquel rapero puede presumir de formar parte de la plantilla que ganó el anillo de 2004.

Renacer momentáneo en Orlando

Darko Milicic empezó la temporada 2005-06 en Detroit, pero no la acabó allí. Fue traspasado a los Orlando Magic justo antes del All-Star Weekend y comenzó una nueva etapa en su carrera. Una mucho más a la altura de lo que se esperaba de él. En los 30 partidos que disputó en Florida aquella temporada promedió 20.9 minutos saliendo desde el banquillo, para poner su sello a 7.6 puntos, 4.1 rebotes, 1.1 asistencias y 2.1 tapones. Al año siguiente mantuvo el nivel en 80 partidos y aprovechó el verano para sacar partido de su condición de agente libre.

Su buen paso por Orlando le sirvió para engordar su caché y firmó un contrato de 21 millones de dólares por tres temporadas con los Memphis Grizzlies en 2007. Allí se consolidó como titular en su primera campaña y siguió en sus números, pero en su segundo año volvió a la suplencia y durante el verano de 2009 fue enviado a los New York Knicks. En la Gran Manzana duró sólo 8 partidos y un periodo de tiempo marcado por peleas, borracheras y problemas varios que formaban parte de un extraño entramado de autodestrucción. Casi sin tiempo para deshacer las maletas, fue traspasado en febrero de 2010 a los Minnesota Timberwolves, donde jugó su mayor media de minutos en la NBA con 25.6 por encuentro. En Minny firmó también su mejor temporada en Estados Unidos, la 2010-11, en la que puso su sello a 8.8 puntos, 5.2 rebotes y 1.5 asistencias en 24.4 minutos de media en los 69 partidos que jugó (todos como titular).

Extraña retirada, kickboxing y agricultura

Lamentablemente la temporada siguiente sólo disputó 29 encuentros y los Wolves le cortaron al finalizar la campaña. Fue entonces cuando firmó con los Boston Celtics por un año, pero sólo se saltó a la cancha en un partido y disputó nada más que cinco minutos, dejando el país para volver a Serbia con su madre enferma. Anunció su retirada una vez terminado el curso baloncestístico. En 2019 tuvo un retorno testimonial jugando en el equipo de su Novi Sad natal en la segunda división serbia. «Yo fui el problema. Empecé a odiar el jugar, no lo disfrutaba. Incluso en partidos que metía 20 puntos, solo estaba deseando que el juego terminase y poder irnos a casa. Todo lo que hice desde que llegué a Estados Unidos, estuvo mal. Obviamente no estaba preparado para lo que la liga precisaba de mí», confesó.

Darko Milicic dejó el baloncesto pero no el deporte. El serbio cambió el balón y la cancha por los guantes y el ring para probar suerte en el mundo del kickboxing. Su debut se produjo en diciembre de 2014, perdiendo su primer combate por TKO en el segundo round. Fue su única pelea.

Tras el nuevo fiasco deportivo, Darko Milicic desapareció del mapa durante un tiempo para cambiar por completo de aires y dedicarse a la agricultura. Desde 2017 es dueño de un terreno de 51 hectáreas en el que cultiva manzanas y cerezas, y en el que por fin ha encontrado una paz interior alejada de los problemas con el alcohol que llevaba arrastrando años y que marcaron una etapa muy oscura de su vida. «Cuando salí elegido desde Europa en el número 2 pensaba que era un enviado de Dios. Así que me metí en peleas, me emborraché antes de los entrenos… escupí en todos lados, cuando en realidad solo me estaba escupiendo a mí mismo».

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